Los muffins son una de las opciones preferidas para acompañar un buen café, disfrutar en la merienda o tener a mano para una mesa dulce tentadora.
Esta versión de vainilla con chips de chocolate y relleno de dulce de leche logra el equilibrio perfecto entre suavidad, dulzura y una textura húmeda que los hace irresistibles.
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Con esta receta podés preparar alrededor de 30 unidades grandes, ideales para compartir o incluso para vender.
Ingredientes
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10 huevos
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400 g de azúcar
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400 g de manteca derretida
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1 kg de harina leudante
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500 ml de leche tibia
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5 cucharadas soperas de esencia de vainilla
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1 cucharadita de sal
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300 g de chips de chocolate
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Dulce de leche repostero (cantidad necesaria para el relleno)
Preparación
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En un bowl amplio, batir los huevos junto con el azúcar y la esencia de vainilla hasta obtener una mezcla bien clara, espumosa y aireada. Este paso es clave para que los muffins queden esponjosos.
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Incorporar la manteca derretida y la leche tibia, mezclando con batidor hasta integrar todo de manera uniforme.
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Tamizar la harina junto con la sal y agregarla de a poco en dos o tres tandas, mezclando suavemente para evitar grumos y mantener la ligereza de la preparación.
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Con movimientos envolventes, añadir los chips de chocolate para que queden bien repartidos en toda la masa.
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Preparar los moldes con tulipas de papel y llenarlas solo hasta la mitad o un poco más, ya que al hornearse la mezcla crece bastante.
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Llevar al horno precalentado a 180 °C durante 25 minutos, o hasta que los muffins se vean dorados en la superficie y al pinchar con un palillo salga limpio.
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Dejar enfriar completamente sobre una rejilla antes de rellenar.
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Con la ayuda de una manga pastelera o una cucharita, hacer un hueco en el centro de cada muffin y rellenar con dulce de leche repostero, que al ser más firme se mantiene en su lugar y le da un sabor bien tradicional.
Tips y presentación
Si querés que luzcan aún más atractivos, podés espolvorear azúcar impalpable por encima o sumar algunos chips de chocolate extras en la superficie antes de hornear.
Se conservan en frascos herméticos o envueltos en film por varios días, manteniendo su frescura y textura.
Con un kilo de harina conseguís una producción abundante y rendidora de muffins, perfectos para acompañar cualquier ocasión especial o para disfrutar en familia.