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Cómo hacer Galletas de anillo ¡Originarias de la infancia!

Las galletas de anillo son uno de esos clásicos que todos recordamos con cariño.

Su forma redonda y simple, su textura crocante y ese sabor que nos remonta a la niñez las convierten en una receta entrañable.

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Prepararlas en casa es más fácil de lo que parece y lo mejor es que podés disfrutar de un resultado casero, fresco y lleno de aroma.

Ingredientes

  • 500 g de harina 0000

  • 150 g de azúcar

  • 150 g de manteca a temperatura ambiente

  • 2 huevos

  • 1 cucharadita de esencia de vainilla

  • 1 sobre de polvo de hornear (10 g)

  • 1 pizca de sal

  • Azúcar extra o azúcar impalpable para espolvorear

Preparación

  1. En un bol grande, batir la manteca con el azúcar hasta obtener una crema suave y esponjosa.

  2. Agregar los huevos de a uno, mezclando bien después de cada incorporación.

  3. Sumar la esencia de vainilla y continuar batiendo.

  4. Tamizar la harina junto con el polvo de hornear y la pizca de sal. Incorporar de a poco a la mezcla anterior, formando una masa lisa y homogénea.

  5. Envolver la masa en film y llevar a la heladera por 30 minutos para que tome firmeza.

  6. Estirar la masa sobre una superficie enharinada hasta lograr un espesor de medio centímetro.

  7. Con un cortante circular, formar las galletas y, con un cortante más pequeño, hacer el agujero central para darles la clásica forma de anillo.

  8. Colocar las galletas en una bandeja para horno enmantecada o cubierta con papel manteca.

  9. Espolvorear con un poco de azúcar por encima para darles un acabado más crocante.

  10. Hornear en horno precalentado a 180 °C durante 12 a 15 minutos, hasta que estén apenas doradas.

  11. Retirar y dejar enfriar antes de servir.

Consejos:

  • Si querés un sabor más intenso, podés aromatizar la masa con ralladura de limón o naranja.

  • Para una versión más delicada, espolvorealas con azúcar impalpable en lugar de azúcar común.

  • Se conservan muy bien en un frasco hermético por varios días, manteniendo su frescura y textura.

  • Si no tenés cortante pequeño, podés usar la tapa de una botella para hacer el agujero central.

  • Acompañan a la perfección un mate, un café con leche o una taza de té.

  • Si buscás una masa más crocante, estiralas un poco más finas antes de llevarlas al horno.

  • También podés bañarlas parcialmente en chocolate derretido para darles un toque más tentador.

Estas galletas de anillo caseras son la prueba de que los sabores de la infancia nunca pasan de moda.

Ideales para compartir y disfrutar en familia, se convertirán en un clásico de tu cocina.

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