Si tu control remoto dejó de funcionar o responde mal, no lo tires todavía.
Existe una forma sencilla y económica de repararlo en casa usando una herramienta que todos tenemos: el cortaúñas.
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Con este método vas a poder recuperar su funcionamiento en pocos pasos.
A continuación te mostramos cómo hacerlo correctamente, sin necesidad de conocimientos técnicos ni herramientas costosas.
Qué necesitás
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1 cortaúñas común
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1 destornillador pequeño
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Bastoncillos de algodón o un cepillo suave
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Paño de microfibra
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Papel aluminio o cartón fino (opcional)
Paso a paso
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Abrí el control remoto
Si tiene tornillos visibles, quitalos con un destornillador. Si no, usá el borde del cortaúñas como palanca para separar con cuidado la carcasa sin dañarla. -
Revisá el interior
Mirá si hay suciedad, restos de comida o signos de óxido en el compartimento de las pilas. Todo eso puede impedir que los botones funcionen correctamente. -
Limpieza completa
Humedecé un bastoncillo en alcohol isopropílico y limpiá la placa de circuito y los contactos de goma. Pasá un paño de microfibra para secar. No uses agua ni productos corrosivos. -
Usá el cortaúñas para mejorar los contactos
Cortá pequeños trozos de papel aluminio o cartón fino con el cortaúñas. Pegalos con una gota de pegamento sobre el reverso de los botones de goma, justo donde hacen contacto con la placa. Esto mejora la presión y la conductividad. -
Cerrá el control y probalo
Volvé a montar todas las partes y colocá las pilas. Probá los botones. Si hiciste bien los pasos, va a funcionar como nuevo.
Consejos:
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Guardá los controles lejos de la cocina o ambientes húmedos para evitar el deterioro.
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Usá fundas protectoras de silicona para prolongar la vida útil del control.
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Cambiá las pilas cada cierto tiempo y revisá que no estén sulfatadas.
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Si un botón sigue sin funcionar, repetí el proceso en ese sector o reemplazá el contacto.
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Hacé una limpieza interna cada 3 o 4 meses como mantenimiento preventivo.
Reparar tus controles con un cortaúñas es un truco simple, económico y al alcance de cualquiera.
Además de ahorrar dinero, vas a evitar tirar dispositivos que todavía pueden funcionar perfectamente con una mínima intervención.