Rollitos de berenjena al horno, rellenos suaves, bañados en salsa y terminados con queso gratinado.
Son livianos pero bien sabrosos, perfectos como entrada o plato principal con una guarnición simple.
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Ingredientes (4 porciones)
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2 berenjenas grandes
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3 cucharadas de aceite de oliva
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Sal y pimienta
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500 ml de salsa de tomate tipo marinara
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200 g de mozzarella rallada o en hebras
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Perejil fresco picado (a gusto)
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16–20 palillos
Relleno
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300 g de ricotta bien escurrida
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150 g de espinaca fresca (o 100 g cocida y exprimida)
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40 g de queso parmesano rallado
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1 diente de ajo picado
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1 huevo
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Pizca de nuez moscada (opcional)
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Sal y pimienta
Preparación
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Lavar y cortar las berenjenas a lo largo en láminas de 3–4 mm. Espolvorear con sal, dejar 15 minutos para que suden y secar con papel.
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Pintar cada lámina con aceite y dorar en plancha bien caliente 1–2 minutos por lado (o al horno a 220 °C, 8–10 min) hasta que queden flexibles. Reservar.
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Mezclar la ricotta con la espinaca picada, el parmesano, el ajo, el huevo, sal, pimienta y nuez moscada. Debe quedar espeso y untuoso.
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Poner una cucharada colmada de relleno en el extremo de cada lámina, enrollar firme y sujetar con un palillo.
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Cubrir el fondo de una fuente con una capa fina de salsa. Acomodar los rollitos en filas, verter por encima más salsa (que quede apenas en la base y los laterales).
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Hornear a 200 °C por 20 minutos para que se asienten y tomen sabor.
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Retirar, distribuir la mozzarella sobre cada rollito y gratinar 5–7 minutos hasta que el queso funda y dore.
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Terminar con perejil picado, retirar los palillos y servir de inmediato.
Consejos:
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Si la berenjena es muy grande, cortá las láminas a lo largo y a la mitad: rinden más y se arman fácil.
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Importante el paso de salado y secado: evita amargor y exceso de agua.
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La plancha debe estar bien caliente; si se enfría, las láminas se cuecen en lugar de dorarse y se vuelven frágiles.
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Ricotta demasiado húmeda: escurrila en colador con lienzo 30 minutos.
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Rellenos alternativos: pollo desmenuzado con queso, jamón y queso, o un salteado de champiñones.
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Para freezar: armá los rollitos sin salsa ni queso y guardalos crudos. Luego, descongelá en heladera, salseá y horneá.
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Guarniciones que van: arroz, puré rústico, cous cous o una ensalada fresca de hojas.
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Si querés más color, agregá a la salsa una cucharadita de pimentón dulce o un toque de ají molido.
Listo: bandeja llena de rollitos dorados, centro cremoso y queso fundido que conquista a todos.
Servilos calientes, con un poquito más de salsa al costado, y a disfrutar en la mesa.