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Tallarines caseros

Los tallarines son una de las pastas más tradicionales y queridas, un clásico que nunca pasa de moda.

Prepararlos en casa no solo asegura un sabor más auténtico, también recupera esa esencia artesanal que no se encuentra en los paquetes de supermercado.

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Con unos pocos ingredientes y un poco de paciencia, vas a lograr una pasta fresca suave, elástica y con todo el sabor de lo casero.

Ingredientes

  • 200 g de harina 000 (aprox. 1 taza colmada)

  • 2 a 3 huevos

  • 1 pizca de sal

Preparación

  1. Colocá la harina en un bol grande y hacé un hueco en el centro. Rompé los huevos dentro y agregá la sal.

  2. Con un tenedor empezá a batir los huevos e ir incorporando la harina de los bordes hacia el centro hasta formar una masa pegajosa.

  3. Pasá la mezcla a la mesada enharinada y amasá durante unos 10 minutos, hasta que la masa quede firme, lisa y elástica.

  4. Tapá la masa con un repasador limpio y dejala descansar unos 30 minutos para que se relaje.

  5. Estirá la masa con un palo de amasar hasta que quede lo más fina posible. Si tenés laminadora, empezá en el nivel más grueso y andá afinando de a poco hasta llegar a una lámina fina.

  6. Espolvoreá harina por ambos lados de la masa estirada para que no se pegue.

  7. Enrollá la masa suavemente o usá la laminadora en modo cortador para obtener tiras finas. Si lo hacés a mano, podés doblar la masa en varias capas, cortar tiras con cuchillo y luego separarlas con un poco de harina.

  8. Dejá reposar los tallarines sobre una mesa enharinada o un repasador limpio hasta el momento de cocinarlos.

  9. Herví abundante agua con sal en una olla grande, echá los tallarines y cocinalos de 3 a 5 minutos, hasta que estén al dente.

  10. Escurrilos bien y servilos calientes con la salsa de tu preferencia: fileto, boloñesa, estofado o incluso con un buen salteado de manteca y ajo.

Consejos:

  • La proporción ideal es un huevo cada 100 g de harina. Podés ajustar según la cantidad que quieras preparar.

  • Si no tenés laminadora, con un palo de amasar también se logran láminas finas; solo lleva un poco más de trabajo.

  • Espolvorear bien con harina en cada paso evita que la masa se pegue o que los tallarines se apelmacen después de cortarlos.

  • Si querés guardarlos, podés congelarlos crudos sobre una bandeja enharinada. Una vez duros, pasalos a una bolsa y cocinalos directamente desde el freezer.

  • Para un toque especial, podés sumar espinaca cocida y bien escurrida a la masa, logrando tallarines verdes que sorprenden en la mesa.

  • Recordá que la pasta casera siempre se cocina más rápido que la industrial, por lo que conviene controlar la cocción minuto a minuto.

Preparar tallarines caseros es una experiencia gratificante y deliciosa.

Con esta receta simple, vas a poder disfrutar de una pasta fresca, llena de sabor y con la satisfacción de haberla hecho vos mismo.

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