Con el uso diario, es normal que las sartenes acumulen restos de comida quemada y grasa difícil de retirar.
Aunque a veces pareciera imposible devolverles su brillo, existen métodos caseros muy eficaces que permiten limpiarlas sin esfuerzo y con ingredientes naturales que seguramente ya tenés en casa.
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Bicarbonato de sodio y vinagre blanco
Esta combinación es una de las más populares para eliminar suciedad incrustada.
Solo necesitás:
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½ taza de vinagre blanco
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1 taza de agua
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2 cucharadas de bicarbonato de sodio
Primero verté el vinagre sobre la sartén con restos quemados, agregá el agua y llevá a hervir. Apagá el fuego y añadí el bicarbonato.
El efecto efervescente ayudará a despegar la suciedad.
Luego frotá con una esponja y, si queda algún residuo, espolvoreá un poco más de bicarbonato seco y repasá la superficie.
Bicarbonato de sodio y limón
El limón potencia el efecto limpiador del bicarbonato gracias a su acidez.
Para este truco solo necesitás dos cucharadas de bicarbonato y medio limón.
Espolvoreá el bicarbonato en la sartén y usá el medio limón como si fuera una esponja, frotando en círculos hasta recuperar el brillo.
Si aún quedan manchas, calentá un poco de vinagre y repetí el procedimiento.
Sal gruesa y papa
Un método poco común pero muy efectivo es utilizar una papa y sal gruesa.
Cortá la papa a la mitad, lavá la sartén para retirar el exceso de restos y cubrí la superficie con sal gorda.
Frotá con la papa haciendo movimientos circulares.
El almidón de la papa y la textura de la sal actúan como un abrasivo natural sin dañar el material.
Para terminar, enjuagá con agua y pasá una fina capa de aceite de oliva para proteger la superficie.
Pasta de dientes
Aunque suene extraño, la pasta de dientes común también puede servir para limpiar sartenes incrustadas.
Colocá un poco en el centro de la sartén, frotá con una esponja y enjuagá con agua corriente.
Este truco funciona especialmente para dar brillo y retirar manchas ligeras de grasa quemada.
Tips y consejos:
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Evitá usar esponjas metálicas en sartenes antiadherentes, ya que dañan el recubrimiento.
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Después de aplicar cualquiera de estos métodos, secá bien la sartén antes de guardarla para prevenir óxido.
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Para mantenerlas en buen estado, cociná siempre a fuego medio y utilizá utensilios de madera o silicona.
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En sartenes de hierro fundido, no uses vinagre con frecuencia porque puede afectar el curado.
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Una limpieza rápida después de cada uso evita acumulaciones difíciles de remover.
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Guardalas en un lugar seco y, si es posible, intercalá papel entre ellas para evitar rayaduras.
Con estos remedios caseros podrás mantener tus sartenes limpias y listas para cocinar, sin necesidad de productos agresivos ni de pasar horas frotando.