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Cómo hacer Salsa casera para pizza

La salsa es el corazón de una buena pizza.

Aunque existen muchas versiones, la casera tiene un sabor fresco e incomparable que realza cualquier masa y combina perfectamente con quesos, vegetales o carnes.

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Con unos pocos ingredientes básicos y un poco de paciencia, podés preparar una salsa auténtica, llena de aroma y textura, que hará que tu pizza casera tenga un nivel superior.

Ingredientes

  • 500 g de tomates maduros

  • 1 cebolla pequeña

  • 3 dientes de ajo

  • 3 hojas de albahaca fresca

  • 1 hoja de laurel

  • ¼ cucharadita de orégano seco

  • Sal y pimienta al gusto

  • 1 pizca de bicarbonato de sodio (para reducir la acidez)

  • 2 cucharadas de aceite de oliva (o de girasol)

Preparación

  1. Escaldar los tomates:
    Hacé un corte en cruz en la base de cada tomate. Lleválos a una olla con agua hirviendo por 1 minuto y luego pasalos a un recipiente con agua fría. Esto facilita pelarlos. Retirá la piel y triturá la pulpa con las manos o un tenedor, dejando una textura rústica.

  2. Sofreír los aromáticos:
    En una sartén amplia o en una olla mediana, calentá las dos cucharadas de aceite. Agregá la cebolla bien picada y cociná a fuego medio durante unos 5 minutos, hasta que esté transparente. Sumá el ajo picado y dejá que se cocine apenas un minuto más, cuidando que no se queme.

  3. Cocinar la salsa:
    Añadí los tomates triturados, las hojas de albahaca fresca, el laurel y el orégano seco. Mezclá bien y salpimentá al gusto. Bajá el fuego y dejá que la salsa se cocine lentamente durante 30 a 40 minutos, revolviendo de vez en cuando para evitar que se pegue.

  4. Reducir la acidez:
    Al final de la cocción, agregá una pizca de bicarbonato y mezclá bien. Esto ayudará a equilibrar el sabor y a suavizar la acidez de los tomates. Retirá la hoja de laurel.

  5. Ajustar la textura:
    Si preferís una salsa rústica, podés dejarla tal cual. Para una textura más suave, procesala con una licuadora de mano o en una procesadora hasta lograr la consistencia deseada.

Conservación

  • Guardá la salsa en un frasco de vidrio limpio y hermético.

  • Asegurate de que esté completamente fría antes de taparla.

  • Conservá en la heladera en la parte más fría.

  • Duración: entre 4 y 5 días.

Esta salsa casera es ideal para pizzas, pero también se puede usar en pastas, lasañas o como base para guisos.

Con su aroma a albahaca fresca y su sabor equilibrado, transforma cualquier preparación en un plato especial.

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