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Ni manteca ni crema: Cómo hacer una salsa blanca saludable y cremosa en simples pasos

La salsa blanca es un clásico en la cocina, pero muchas versiones incluyen manteca y crema, lo que la hace más pesada.

En esta receta, te enseñamos cómo hacer una versión más liviana sin perder la textura cremosa ni el sabor.

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Con ingredientes simples y accesibles, esta salsa es ideal para acompañar pastas, gratinados, verduras o incluso carnes.

Ingredientes

  • 2 tazas de leche descremada o vegetal sin azúcar (avena, almendras o soja)
  • 2 cucharadas de almidón de maíz o harina integral
  • 1 cucharada de aceite de oliva o de coco neutro
  • ½ taza de caldo de verduras (opcional, para un extra de sabor)
  • 1 pizca de nuez moscada
  • Sal y pimienta a gusto

Preparación

  1. En una olla pequeña o sartén antiadherente, calentá el aceite a fuego medio.
  2. Incorporá el almidón de maíz o la harina y remové constantemente con una cuchara de madera hasta formar una pasta suave y sin grumos. Cociná por 1-2 minutos sin que se dore.
  3. Verté la leche de a poco, sin dejar de revolver, para lograr una mezcla homogénea.
  4. Agregá la sal, la pimienta y la nuez moscada. Si querés un sabor más intenso, sumá el caldo de verduras.
  5. Continuá mezclando a fuego medio hasta que la salsa espese y tenga una textura cremosa, lo que tomará entre 5 y 7 minutos.
  6. Retirá del fuego y usala inmediatamente en tus preparaciones o guardala en la heladera si la querés utilizar más tarde.

Consejos para mejorar la salsa

  • Para una textura más aireada: Licuá la salsa antes de usarla para que quede más liviana.
  • Si querés un toque especial: Sumá hierbas frescas como tomillo, orégano o albahaca al final de la cocción.
  • Si quedó demasiado espesa: Agregá un chorrito de leche o caldo caliente y mezclá hasta obtener la consistencia deseada.
  • Para un extra de sabor sin queso: Probá con levadura nutricional, que aporta un gusto similar al queso sin necesidad de lácteos.

Con esta receta vas a lograr una salsa blanca saludable y cremosa sin necesidad de manteca ni crema.

Es una opción liviana y deliciosa para darle un toque especial a tus platos sin resignar sabor.

¡Probala y hacela parte de tu cocina diaria!

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