Esta rosca es ideal para cualquier comida, ya que se prepara mezclando todo en un solo bowl.
Es rápida, sin levados ni amasado, y súper sabrosa. Perfecta para cuando tenés poco tiempo y querés algo diferente.
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Ingredientes
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200 g de harina 000
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150 g de queso ricota
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100 cc de leche entera
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30 cc de aceite de girasol
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50 g de queso parmesano rallado
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3 huevos
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1 sobre de levadura en polvo (10 g)
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2 zapallitos zucchini
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200 g de jamón cocido
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100 g de aceitunas verdes
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Sal y pimienta a gusto
Preparación
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Encendé el horno a 180 °C para que se vaya precalentando mientras preparás la mezcla.
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Lavá los zapallitos, rallalos con el lado grueso del rallador y colocalos en un colador. Dejalos escurrir por lo menos 10 minutos.
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En un bowl grande, batí los huevos con la leche y el aceite. Salpimentá a gusto.
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Agregá la ricota y el queso parmesano. Mezclá bien con batidor de mano hasta que no queden grumos.
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Incorporá de a poco la harina junto con la levadura, mezclando bien para evitar grumos.
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Escurrí con las manos los zapallitos rallados y sumalos a la preparación.
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Picá el jamón en tiras o cubos, cortá las aceitunas en rodajitas y agregalos también a la mezcla.
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Verté todo en un molde tipo savarín (de rosca) previamente aceitado o enmantecado.
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Llevá al horno por 35 a 40 minutos, o hasta que veas que está dorada y cocida al pinchar con un palillo.
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Dejála enfriar unos minutos antes de desmoldar y servir.
Consejos:
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Si no conseguís zucchini, podés reemplazarlos perfectamente por zapallitos verdes. Eso sí, escurrilos muy bien después de rallarlos, porque sueltan mucha agua y pueden humedecer demasiado la mezcla.
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Las aceitunas podés usarlas verdes o negras, según tu gusto. Si no te gustan, simplemente omitilas.
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El queso parmesano puede reemplazarse por cualquier queso rallado seco. Incluso podés sumar cubitos de queso cremoso para un interior más fundente.
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Esta rosca se conserva bien en heladera hasta por 3 días. Para que no pierda textura, guardala en un recipiente hermético.
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Si querés congelarla, lo ideal es cortarla en porciones y envolverlas individualmente. Así podés recalentar solo lo que vayas a consumir. Dura hasta un mes en el freezer.
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Es una receta muy versátil. También podés hacerla con salame, panceta o espinaca cocida y picada.
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Servila como entrada, acompañamiento o plato único con una ensalada fresca. También va muy bien en una picada o como opción para llevar a la vianda.
Una receta práctica y deliciosa, ideal para innovar con lo que tenés en casa y sorprender a todos con una rosca distinta.