Crujiente por fuera, derretido y tentador por dentro, este strudel de hojaldre relleno de salame y queso es una opción rápida y deliciosa para una picada, una cena informal o para sorprender con algo diferente.
Lo mejor es que se prepara en pocos minutos y el horno hace el resto.
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Ingredientes
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250 g de queso untable saborizado con hierbas
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1 lámina de masa de hojaldre refrigerada
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150 g de salame tipo pepperoni (en rodajas finas)
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100 g de queso emmental rallado (o mozzarella si preferís más fundente)
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1 yema de huevo
Preparación
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Precalentar el horno a 210 °C con calor arriba y abajo. Cubrir una bandeja de horno con papel manteca o una lámina de silicona.
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Estirar la masa de hojaldre sobre la mesada. Untar toda la superficie con el queso untable de hierbas, llegando casi hasta los bordes.
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Distribuir de manera pareja las rodajas de salame por encima y luego espolvorear con el queso rallado.
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Enrollar la masa con cuidado, presionando ligeramente para que el relleno quede firme. Sellar bien los extremos para que no se escape el queso durante la cocción.
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Colocar el rollo sobre la bandeja con la unión hacia abajo. Pintar toda la superficie con la yema de huevo para lograr un dorado parejo.
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Llevar al horno precalentado y cocinar durante 20 minutos, o hasta que el hojaldre esté bien inflado y dorado.
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Retirar, dejar reposar unos minutos y cortar en rodajas para servir.
Consejos:
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Usar masa de hojaldre fría facilita el manejo y ayuda a que conserve mejor las capas durante el horneado.
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Si no conseguís queso untable con hierbas, podés usar queso crema común y añadirle orégano, perejil, ciboulette o ajo en polvo a gusto.
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El salame tipo pepperoni le da un sabor intenso y algo picante, pero se puede reemplazar por jamón cocido, panceta, lomito o incluso pollo desmenuzado para variar.
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Para un extra de queso derretido, agregá mozzarella rallada junto con el emmental. La combinación de quesos le aporta más sabor y elasticidad.
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Si te gusta más dorado por arriba, a mitad de cocción podés espolvorear un poco más de queso y volver al horno hasta gratinar.
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El hojaldre se disfruta mejor recién hecho, pero también se puede recalentar unos minutos en horno medio para recuperar el crocante.
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Acompañar con una salsa de tomate casera, chimichurri o una mayonesa de ajo puede llevarlo al siguiente nivel.
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Si querés hacerlo como finger food para una reunión, armá el rollo, cortalo en porciones antes de hornear y cocinalas como pequeños espirales rellenos.
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Este mismo método funciona con rellenos vegetarianos: probá con espinaca salteada, queso y tomate seco, o con champiñones y cebolla caramelizada.
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Guardado en heladera, dura hasta 2 días; para recalentar, siempre es mejor horno o airfryer para que no pierda crocante.
Este strudel es una combinación ganadora de texturas y sabores, perfecto para disfrutar caliente, con el queso fundido y el hojaldre bien crujiente.