Este salteado de pollo es rápido, colorido y lleno de sabor.
Con una combinación de verduras frescas, una salsa sabrosa y pollo tierno, es perfecto para una comida equilibrada que podés preparar en pocos minutos.
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Ingredientes
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3 filetes de pechuga de pollo, cortados en rodajas finas
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Sal y pimienta negra a gusto
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2 cucharadas de maicena
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2 cucharadas de aceite de maní (o aceite vegetal neutro)
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½ cebolla cortada en plumas
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1 zanahoria cortada en tiras finas
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3 dientes de ajo picados
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2 cucharadas de vino de cocina chino (Shaoxing) o vino blanco seco
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3 cucharadas de salsa de soja
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2 cucharadas de salsa de ostras
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½ repollo pequeño cortado en trozos medianos
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120 ml de agua (mitad al inicio y mitad al final)
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3 ramitas de cebolla de verdeo picadas en trozos de 3-4 cm
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1 cucharada de aceite de sésamo tostado
Preparación
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Colocá el pollo en un bol y condimentá con sal y pimienta.
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Sumá la maicena y mezclá bien para cubrir todas las piezas de manera pareja. Esto le dará al pollo una textura más tierna y ayudará a espesar la salsa.
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Calentá un wok o sartén grande a fuego alto y añadí el aceite de maní. Cuando esté bien caliente, incorporá el pollo y salteá durante unos 4 minutos, moviendo constantemente para que se cocine de manera uniforme. Retirá y reservá.
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En la misma sartén, agregá la cebolla y la zanahoria. Salteá 2-3 minutos hasta que comiencen a ablandarse.
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Sumá el ajo picado y mezclá por 30 segundos para que libere su aroma.
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Verté el vino Shaoxing y dejá que se evapore ligeramente.
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Añadí la salsa de soja y la salsa de ostras, removiendo bien para integrar los sabores.
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Incorporá el repollo y la mitad del agua (60 ml), mezclando para que se cocine de manera pareja.
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Volvé a sumar el pollo reservado, junto con la otra mitad del agua (60 ml), y mezclá bien para que la salsa cubra todos los ingredientes.
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Agregá la cebolla de verdeo y salteá durante 1 minuto más.
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Retirá del fuego y sumá el aceite de sésamo tostado, mezclando por última vez antes de servir.
Consejos:
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Podés acompañar este salteado con arroz blanco, arroz jazmín o fideos salteados.
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Si preferís un toque picante, agregá rodajas de ají fresco o una pizca de ají molido.
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El aceite de maní aporta un sabor especial, pero puede reemplazarse por aceite de girasol.
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No sobrecargues la sartén para que el salteado conserve el calor y las verduras queden crujientes.
Un plato rápido, saludable y con mucho sabor, ideal para una comida completa en menos de 20 minutos.