El pollo asado es un clásico de la cocina casera que nunca falla.
Con esta versión a la naranja vas a lograr una carne tierna, jugosa y con un sabor especial gracias al jugo cítrico que acompaña la cocción.
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Además, las papas se cocinan junto al pollo y se impregnan de todos los jugos, convirtiéndose en una guarnición irresistible.
Ingredientes
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4 muslos de pollo (también podés usar un pollo entero trozado)
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3 naranjas jugosas (para el jugo)
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250 ml de caldo de carne o de verdura
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Sal y pimienta a gusto
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3 papas medianas
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2 hojas de laurel
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3 dientes de ajo
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1 vasito de vino blanco (puede ser el que uses en la cocina)
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Aceite de oliva o de girasol
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Hierbas secas a gusto: tomillo, romero, orégano o provenzal
Preparación
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Exprimir el jugo de las naranjas y reservar.
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Salpimentar el pollo y colocarlo en una fuente para horno con un chorrito de aceite. Machacar los dientes de ajo y esparcirlos sobre las piezas de pollo. Agregar las hierbas secas y, si tenés tiempo, dejarlo marinar una hora para que tome más sabor.
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Pelar y cortar las papas en trozos grandes y acomodarlas alrededor (o abajo) del pollo en la misma fuente.
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Agregar el vino blanco, el jugo de naranja recién exprimido y el caldo. Sumar las hojas de laurel para darle aroma.
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Precalentar el horno a 180 °C y cocinar durante 60 minutos. A mitad de cocción, dar vuelta las piezas de pollo para que se doren de manera pareja.
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Para una piel más crocante, subir la temperatura a 220 °C en los últimos 10 minutos o gratinar unos minutos antes de sacar del horno.
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Retirar y servir bien caliente, acompañado con las papas bañadas en el jugo del asado.
Consejos:
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Si querés una salsa más espesa, retirale el líquido a la fuente y reducilo en una cacerolita con una cucharadita de fécula de maíz disuelta en agua.
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Podés sumar cebolla en gajos o zanahorias en rodajas a la bandeja para intensificar los sabores.
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Si te gusta un toque agridulce, agregá una cucharada de miel en el marinado junto al jugo de naranja.
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Para un sabor más marcado, dejá el pollo reposar con los condimentos y el jugo de naranja de un día para otro en la heladera.
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Acompañalo con una ensalada fresca o un mix de hojas verdes para equilibrar el plato.
Con esta receta vas a tener un pollo asado fácil, sabroso y con ese dorado tentador que hace que nadie se resista a probarlo.