Si estás buscando una receta fácil y rápida de preparar, este pollo al ajillo es la opción perfecta.
Un plato lleno de sabor, que se adapta a cualquier ocasión y que te sorprenderá con su delicioso toque de ajo. Ideal para acompañar con tus guarniciones favoritas.
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Ingredientes
- 1 kg de pollo troceado (puedes elegir la pieza que más te guste)
- 2 cabezas de ajo
- 400 ml de vino blanco
- Sal y pimienta negra a gusto
- 1 taza de aceite de oliva
Preparación
- Colocá los trozos de pollo en un bol, salpimentá y agregá pimienta negra al gusto. Mezclá bien con un tenedor y reservá.
- En una sartén grande, calentá el aceite de oliva y agregá los dientes de ajo con la cáscara, dándoles un pequeño corte en el medio.
- Encendé el fuego a temperatura media y dejá cocinar los ajos por unos minutos, revolviendo constantemente. Cuando empiecen a dorarse, retiralos del fuego y reservá en un plato.
- Aprovechando que el aceite está bien caliente, agregá los trozos de pollo. Asegurate de subir el fuego al máximo para dorarlo bien.
- Una vez que el pollo esté dorado de un lado, dalo vuelta.
- Cuando el pollo esté dorado por ambos lados, retíralo de la sartén y colocalo en un plato.
- Sacá una parte del aceite de la sartén (podés guardarlo para otra preparación o descartarlo).
- Volvé a calentar la sartén a fuego medio y añadí nuevamente los trozos de pollo.
- Rápidamente, volcá el vino blanco y agregá los dientes de ajo reservados. Cociná a fuego mínimo durante unos 15 minutos.
- Pasado este tiempo, retirá el pollo de la sartén.
¡Listo! Ya podés disfrutar de un delicioso pollo al ajillo, perfecto para acompañar con la guarnición que más te guste.
Consejos:
- Si te gusta un sabor más fuerte, podés agregar más ajo o incluso un toque de ají molido.
- Este pollo al ajillo queda muy bien acompañado de papas fritas, arroz blanco o ensaladas frescas.
¡A disfrutar!