El vinagre es uno de esos productos que siempre tenemos en casa y que, más allá de su uso en la cocina, puede convertirse en el aliado perfecto para mantener el hogar limpio, libre de malos olores y sin gastar de más.
Este líquido transparente, económico y fácil de conseguir, tiene propiedades desinfectantes, desengrasantes y desodorizantes que lo hacen indispensable.
Te recomendamos: Cómo hacer barniz casero con solo dos ingredientes
A continuación, te mostramos cómo aprovechar el vinagre en distintas áreas del hogar con trucos simples y muy efectivos.
Vidrios y espejos relucientes
Rociá un poco de vinagre blanco sobre vidrios o espejos y luego pasá un paño seco o papel de diario.
Vas a ver cómo desaparecen las manchas, las marcas de dedos y cualquier rastro de suciedad.
El resultado es una superficie limpia, sin vetas ni reflejos empañados.
Ideal para ventanas, mamparas y hasta anteojos.
Inodoro limpio y sin olores
Si tenés problemas con los olores en el baño o querés evitar el uso de productos químicos fuertes, simplemente volcá media taza de vinagre en el inodoro antes de irte a dormir. Dejalo actuar toda la noche.
Al día siguiente, tirá la cadena y vas a notar cómo se reducen tanto los olores como la acumulación de sarro.
Desagües y cañerías más limpios
Un truco que nunca falla: volcá media taza de bicarbonato en el desagüe de la pileta y después agregá media taza de vinagre caliente.
Se va a formar una espuma que ayuda a desinfectar, destapar residuos y eliminar el mal olor.
Esperá 15 minutos y enjuagá con agua caliente. Este método también sirve para los desagües del baño.
Superficies grasosas impecables
¿Tenés la mesada o la cocina manchada con grasa?
Pasá un trapo embebido en vinagre directamente sobre la superficie y limpiá como de costumbre.
El vinagre disuelve la grasa sin dañar los materiales y deja un brillo natural.
También podés usarlo sobre el microondas, la campana o incluso los azulejos.
Eliminá el mal olor en telas
Las zapatillas, los repasadores o los paños de cocina suelen acumular olores.
Sumergilos en una mezcla de agua tibia con un buen chorro de vinagre durante media hora. Luego enjuagá y dejá secar.
Este método elimina las bacterias que provocan el mal olor y no deja residuos químicos.
Consejos:
-
Usá vinagre blanco o de alcohol para limpieza; evitá los saborizados o balsámicos.
-
Podés guardarlo en un rociador y usarlo a diario como reemplazo del limpiavidrios o desengrasante.
-
Si te molesta el olor del vinagre, podés agregarle unas gotitas de esencia de limón o eucalipto.
Con un simple ingrediente que probablemente ya tenés en tu alacena, podés transformar completamente tu rutina de limpieza.
Económico, natural y muy efectivo.