Aunque parezca que una limpieza completa incluye pasar la aspiradora por todos los rincones, hay una parte que casi nadie limpia: la propia base de la aspiradora.
Esa pieza que va rozando el suelo acumula más suciedad de la que imaginamos y, con el tiempo, puede volverse un foco de polvo, pelusas y pelos.
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Limpiar esa zona no solo mejora el rendimiento de la aspiradora, también evita malos olores y el regreso del polvo al ambiente después de cada uso.
En este artículo, te contamos paso a paso cómo limpiarla de forma sencilla y eficaz.
¿Qué necesitás?
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Una aspiradora con base desmontable (la mayoría lo permite)
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Una destornillador (puede ser plano o de cruz, según el modelo)
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Un cepillo viejo o un cepillo de dientes
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Alcohol o algún limpiador multiuso
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Un paño húmedo
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Guantes (opcional, pero recomendable)
Cómo hacerlo paso a paso
1. Desmontá la base o cabezal
Desenchufá la aspiradora antes de comenzar. Luego, si tu modelo lo permite, desmontá la base donde están las ruedas y el cepillo. Algunas vienen con tornillos que necesitás aflojar, otras solo tienen trabas a presión. Fijate bien cómo está armado para evitar forzar algo.
2. Retirá toda la pelusa acumulada
Una vez abierta la base, vas a ver la cantidad de pelusas, pelos y polvo que se va juntando con el uso. Usá las manos (con guantes) o un cepillo para remover toda esa suciedad. A veces incluso se forman pelotitas sólidas de mugre, como las que se ven en la imagen.
3. Limpiá bien los rincones
Usá un cepillo de dientes viejo para llegar a los rincones más difíciles. También podés humedecerlo con alcohol para desinfectar mejor.
4. Pasá un paño húmedo
Con un trapo húmedo o una toalla de papel, repasá toda la base por dentro y por fuera. No olvides limpiar también el rodillo giratorio (si tu aspiradora lo tiene), ya que suele enredarse con pelos.
5. Volvé a armar la base
Una vez que todo esté limpio y seco, ensamblá nuevamente la base. Verificá que las trabas o tornillos queden firmes.
¿Por qué conviene hacerlo?
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Mejora la potencia de succión de la aspiradora.
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Evita que la mugre se esparza nuevamente por la casa.
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Prolonga la vida útil del aparato.
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Reduce el riesgo de malos olores.
Este pequeño mantenimiento que lleva apenas unos minutos puede marcar una gran diferencia en tu limpieza diaria.
Una aspiradora limpia trabaja mejor y rinde más. Además, ¡vas a notar que el aire queda más puro después de cada pasada!
Una limpieza completa empieza por el propio limpiador. No subestimes la suciedad que puede esconderse en tu aspiradora:
revisá su base y vas a sorprenderte con lo que encontrás.