Las hamburguesas de lentejas son una opción riquísima para quienes buscan reducir el consumo de carne sin resignar sabor ni textura.
Son fáciles de hacer, rendidoras y se pueden combinar con muchísimos acompañamientos.
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Ideales para una comida completa y saludable.
Ingredientes
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1 kg de lentejas cocidas
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1 taza de cebolla picada
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2 dientes de ajo
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½ taza de zanahoria rallada
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1 taza de avena
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1 huevo
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Sal y pimienta a gusto
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Comino a gusto
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Orégano seco
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Perejil fresco picado
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Aceite para cocinar
Preparación
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Si todavía no cocinaste las lentejas, hervilas hasta que estén tiernas, colalas y dejalas enfriar. También podés usar lentejas enlatadas bien escurridas.
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En una sartén, calentá un chorrito de aceite y salteá la cebolla picada hasta que se vuelva transparente. Agregá los dientes de ajo picados y cociná uno o dos minutos más. Reservá.
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Procesá la avena en una licuadora o procesadora hasta obtener una textura tipo harina gruesa.
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En un bowl grande, colocá las lentejas cocidas y pisalas con un pisa puré o con un tenedor hasta formar una pasta espesa.
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Sumá la cebolla y el ajo salteados, la zanahoria rallada, la avena molida, el huevo, y condimentá con sal, pimienta, comino, orégano y perejil a gusto.
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Mezclá bien hasta que todos los ingredientes se integren y se forme una masa que se pueda moldear con las manos. Si está demasiado húmeda, agregá un poco más de avena.
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Tomá porciones con las manos y armá hamburguesas medianas. Colocalas sobre una bandeja o plato y dejalas reposar 15 minutos para que tomen firmeza.
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Calentá una sartén con apenas un poco de aceite y cocinalas a fuego medio de ambos lados, hasta que estén doradas y firmes.
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También podés cocinarlas al horno precalentado a 180 °C durante unos 20 minutos, dándolas vuelta a mitad de cocción para que se doren parejo.
Consejos:
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Si querés hacerlas sin huevo, podés reemplazarlo por una cucharada de semillas de chía o linaza mezcladas con tres cucharadas de agua. Dejá reposar hasta que se forme un gel.
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Quedan muy bien con un toque de queso rallado en la mezcla para sumar sabor y textura.
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Se pueden freezar crudas en separadores para tenerlas listas en cualquier momento.
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Acompañalas con pan casero, rodajas de tomate, hojas verdes o incluso palta, y armá una hamburguesa completa y liviana.
Estas hamburguesas son una gran manera de sumar legumbres a la dieta diaria.
Son sabrosas, fáciles de hacer y gustan tanto a chicos como a grandes. ¡Animate a probarlas y vas a querer repetir!