Germinar semillas de pimiento en casa es posible y mucho más fácil de lo que parece.
Con un truco simple podés lograr brotes fuertes en pocos días usando pimientos comunes del supermercado, sin necesidad de comprar sobres de semillas caros.
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Materiales necesarios
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1 pimiento rojo o amarillo bien maduro
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1 botella plástica de 5 litros (también sirve de 1,5 o 8 litros)
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Piedras pequeñas para el drenaje
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Tierra fértil con compost o humus de lombriz
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Servilletas de papel
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Bolsa de residuos negra
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Agua
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Tijera o cúter
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Etiquetas para marcar variedades
Paso a paso
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Cortar la parte superior de la botella y conservar la tapa.
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Hacer varios agujeros grandes en la base para asegurar un buen drenaje.
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Colocar una capa de piedras pequeñas en el fondo; esto evitará que las raíces se pudran.
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Rellenar la botella con tierra fértil hasta cubrir un 90 % del envase.
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Abrir el pimiento elegido y extraer las semillas con cuidado. Recordá: los verdes no sirven porque no están maduros. Los rojos y amarillos sí.
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Esparcir las semillas sobre la superficie de la tierra.
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Cubrir con una capa fina de tierra de 1 a 2 cm.
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Presionar suavemente y regar bien sin encharcar.
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Colocar una servilleta húmeda sobre la superficie para mantener la humedad.
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Cubrir la botella con una bolsa negra, cerrándola como si fuera un caramelo para generar un mini invernadero.
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Ubicar en un lugar cálido: al lado de un radiador en invierno o en la sombra si es verano.
En este punto comienza la espera. A diferencia de los tomates, que germinan rápido, los pimientos tardan un poco más: las semillas empiezan a activarse a los 8 días, pero los brotes visibles aparecen recién después de los 12 a 14 días.
Consejos:
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Elegí siempre pimientos rojos o amarillos maduros, con semillas duras y bien formadas.
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No entierres demasiado las semillas: cuanto más profundo, más difícil será que broten.
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Usá etiquetas para separar variedades y evitar confusiones.
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Si germinan muchas semillas, podés guardarlas: dejalas secar sobre papel durante unos días y después guardalas en un sobre de papel cerrado.
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El riego debe ser moderado. El exceso de agua puede pudrir el tallo en las primeras semanas.
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Cuando las plantas tengan dos semanas y aparezcan las primeras hojas verdaderas, es momento de empezar a sacarlas al aire para que el tallo se fortalezca.
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Si usás fertilizante, que sea suave y preferentemente casero, para no dañar las raíces tiernas.
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No te desesperes: los pimientos tardan más que los tomates, pero luego requieren menos cuidados.
Con este método sencillo, en pocas semanas tendrás tus propias plantas de pimiento listas para crecer fuertes, ya sea en macetas o en el huerto.