Una preparación fácil, nutritiva y rendidora que combina arroz con un relleno de espinaca y quesos.
Ideal para sorprender a la familia con algo distinto.
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Ingredientes
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1 taza de arroz
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1 cucharada de aceite de oliva
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2 tazas de agua caliente
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1 cebolla pequeña
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2 huevos
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1/2 taza de avena arrollada
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60 g de queso duro rallado
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250 g de espinacas frescas
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Sal a gusto
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Pimienta a gusto
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Jugo de 1/2 limón
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90 g de queso feta
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Aceite para freír
Preparación
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En una olla, calentar el aceite de oliva y saltear la cebolla picada hasta que quede transparente.
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Agregar el arroz, mezclar unos segundos y sumar el agua caliente junto con una pizca de sal. Cocinar a fuego bajo hasta que el arroz absorba todo el líquido y quede tierno. Dejar enfriar.
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Mientras tanto, lavar bien las espinacas, picarlas y saltearlas en una sartén con apenas unas gotas de aceite hasta que se reduzcan. Condimentar con sal, pimienta y el jugo de limón.
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En un bol, mezclar las espinacas salteadas con el queso feta desmenuzado. Ese será el relleno.
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En otro bol, colocar el arroz frío, los huevos, la avena y el queso duro rallado. Integrar bien hasta lograr una mezcla firme.
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Tomar una porción de arroz con las manos, aplastarla ligeramente, colocar en el centro una cucharadita del relleno de espinaca con queso y cerrar formando una especie de medallón o tortita. Repetir con toda la preparación.
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Calentar abundante aceite en una sartén y freír los medallones de arroz hasta que estén dorados y crocantes de ambos lados. Retirarlos sobre papel absorbente para quitar el exceso de aceite.
Consejos:
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Si querés una versión más liviana, podés cocinarlos al horno en una placa aceitada, a 200 °C durante 20 minutos, dándolos vuelta a la mitad de la cocción.
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El relleno puede variar: también quedan deliciosos con champiñones salteados, jamón y queso, o incluso con calabaza cocida.
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Para que la mezcla de arroz sea más fácil de manejar, dejala en la heladera 20 minutos antes de armar los medallones.
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Acompañalos con una ensalada fresca o una salsa de yogur con hierbas.
Una receta sencilla, crocante por fuera y suave por dentro, perfecta para cualquier comida del fin de semana.