Las freidoras de aire se volvieron un aliado indispensable en la cocina diaria.
Su practicidad, rapidez y el hecho de que permiten cocinar sin grandes cantidades de aceite las transformó en un electrodoméstico estrella.
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Sin embargo, existe un error frecuente que muchos cometen y que puede arruinar el aparato o, peor aún, representar un riesgo para la seguridad.
El error más común al usar la freidora de aire
Según advierten los fabricantes, uno de los errores más peligrosos es colocar papel aluminio o papel de hornear de forma incorrecta dentro de la freidora.
Aunque estos elementos suelen usarse para evitar que los alimentos se peguen o para facilitar la limpieza, su mal uso puede afectar el funcionamiento interno del equipo.
A diferencia de un horno convencional, las freidoras de aire cocinan a través de la circulación rápida de aire caliente.
Si el papel obstruye esa circulación, los alimentos no solo podrían cocinarse de forma desigual, sino que también se corre el riesgo de sobrecalentamiento.
En algunos casos extremos, podría provocar un incendio.
Cómo usar correctamente el papel en la freidora
Los expertos coinciden en que, si vas a usar papel aluminio o papel manteca, debe colocarse únicamente dentro de la canasta de cocción y siempre con comida encima. ¿Por qué?
Porque si el papel queda suelto, puede ser succionado por el ventilador, entrar en contacto con la resistencia y provocar daños graves o incluso un cortocircuito.
Además, jamás debe colocarse papel directamente en la base del aparato.
Ese espacio está diseñado para permitir que el aire circule libremente.
Obstruirlo impide que el equipo funcione correctamente y puede hacer que el motor trabaje más de lo necesario, acortando su vida útil.
Qué dicen los fabricantes
Algunas marcas, como Philips, recomiendan directamente no utilizar ningún tipo de papel dentro de la freidora.
Otras, como Frigidaire, lo permiten pero siempre que se sigan instrucciones precisas para no afectar la ventilación.
Por eso, es clave revisar el manual de cada modelo. No todos funcionan igual, y lo que puede ser seguro para una marca, tal vez no lo sea para otra.
Con un uso responsable, las freidoras de aire pueden durar muchos años y seguir funcionando como el primer día.
Pero con un simple descuido, todo eso puede ponerse en riesgo.