Una receta ideal para cuando querés un plato que combine sabor, cremosidad y ese toque irresistible del queso gratinado.
La papa dorada, el pollo tierno y la mezcla de quesos se funden en una preparación que conquista desde el primer bocado.
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Perfecta para un almuerzo familiar o una cena especial.
Ingredientes
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3 huevos
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5 papas medianas
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2 cucharadas de harina
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1 puñado de perejil fresco picado
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1 cebolla mediana bien picada
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1 pizca de pimentón dulce o ahumado
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Sal y pimienta negra a gusto
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Aceite vegetal
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1 pechuga de pollo cocida y desmenuzada
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2 morrones picados
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2 dientes de ajo picados
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50 g de queso cheddar rallado
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50 g de queso mozzarella rallado
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3 cucharadas de crema de leche
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1 cucharada de mayonesa
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1 a 2 dientes de ajo picados (para la salsa)
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Eneldo fresco picado
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1 pizca de polvo de cebolla
Preparación
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Precalentar el horno a 180 °C.
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Lavar bien las papas, pelarlas y cortarlas en cubos pequeños o en rodajas finas.
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En un bol, batir los huevos con la harina, sal, pimienta y pimentón. Integrar hasta que no queden grumos.
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Incorporar las papas crudas al batido de huevos y mezclar para que queden bien cubiertas.
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Sumar el perejil picado y la cebolla, y mezclar nuevamente.
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Aceitar una fuente para horno y volcar la preparación. Llevar al horno durante 25 minutos o hasta que las papas estén tiernas y comiencen a dorarse.
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Mientras tanto, calentar una sartén con un poco de aceite y saltear la cebolla, los morrones y el ajo hasta que estén blandos.
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Agregar el pollo desmenuzado, condimentar con sal, pimienta y pimentón, y cocinar unos minutos más.
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Retirar la fuente del horno y distribuir el pollo salteado sobre las papas.
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Espolvorear con el queso cheddar y la mozzarella.
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Enrollar y volver al horno por 15 minutos, o hasta que el queso se derrita.
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En un bol, mezclar la crema de leche, la mayonesa, el ajo picado, el eneldo, el polvo de cebolla, sal y pimienta a gusto, hasta obtener una salsa cremosa.
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Retirar el gratinado del horno, servir porciones generosas y acompañar con la salsa.
Consejos:
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Si querés una base más crocante, podés precocinar las papas en el horno solas durante unos minutos extra antes de agregar el pollo.
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El cheddar y la mozzarella pueden reemplazarse por otros quesos que se fundan bien, como fontina o provolone.
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Para un toque picante, agregá ají molido o unas gotas de salsa tabasco al salteado de pollo.
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Si te gusta más cremoso, podés añadir un poco de crema de leche junto con el pollo antes de gratinar.
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La salsa se puede preparar con yogur natural en lugar de crema para una versión más liviana.
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Usá pollo cocido al horno o hervido previamente para ahorrar tiempo.
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Esta receta también se puede hacer con sobras de pollo asado desmenuzado.
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Si querés prepararlo con anticipación, armá todo hasta el paso del queso y guardalo en la heladera; gratiná justo antes de servir.
Un plato reconfortante, lleno de sabor y perfecto para disfrutar bien caliente recién salido del horno.