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Cuando hago estas costillas acabo chupándome los dedos

Estas costillas son de esas recetas que se repiten una y otra vez porque salen bien sin complicarse.

Quedan bien doradas por fuera, tiernas por dentro y con una salsa espesa, brillante y pegajosa que se agarra a la carne.

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Son ideales para una comida especial, una juntada o simplemente para darse un gusto con algo bien sabroso.

Ingredientes

  • 600 g de costillas de cerdo cortadas en trozos

  • Jugo de 1 limón

  • 40 g de miel

  • 2 cucharadas de aceite de oliva

  • 2 cucharadas de kétchup

  • 1 cucharadita colmada de pimienta negra molida

  • Sal a gusto

  • ½ cucharadita de pimentón dulce (opcional, pero recomendado)

  • 1 cucharadita de ajo en polvo o 1 diente de ajo rallado

Preparación

  1. Precalentá el horno a 180 °C con calor arriba y abajo.

  2. Colocá las costillas en una fuente amplia para horno, preferentemente sin amontonarlas.

  3. Salpimentá bien las costillas de todos los lados y agregá el pimentón y el ajo.

  4. Rociá con el jugo de limón y el aceite de oliva, mezclando con las manos para que queden bien impregnadas.

  5. En un bowl aparte, mezclá la miel con el kétchup hasta lograr una salsa homogénea.

  6. Pincelá generosamente las costillas con esta mezcla, cubriéndolas bien.

  7. Llevá la fuente al horno y cociná durante 35 minutos.

  8. Retirá la fuente, dales vuelta las costillas y volvé a pincelarlas con la salsa que se haya formado en la base.

  9. Volvé a llevar al horno otros 25 a 30 minutos, hasta que estén bien doradas, caramelizadas y la salsa espesa.

  10. Si querés un acabado más intenso, podés subir la temperatura a 200 °C los últimos 5 minutos, vigilando para que no se quemen.

  11. Retirá del horno y dejá reposar 5 minutos antes de servir para que los jugos se asienten.

Tips y consejos:

  • Para que queden bien tiernas, podés taparlas con papel aluminio durante los primeros 20 minutos de cocción y destaparlas después para que se doren.

  • Si te gusta la salsa más picante, agregá una pizca de ají molido o pimienta cayena a la mezcla de miel y kétchup.

  • Estas costillas también se pueden terminar en la parrilla o en una plancha bien caliente para lograr un dorado aún más intenso.

  • Acompañan muy bien con papas al horno, puré rústico o una ensalada fresca que contraste con lo dulce de la salsa.

  • La salsa se espesa sola en el horno, pero si querés más brillo, pincelá una última vez apenas salen.

Una receta simple, rendidora y con ese sabor irresistible que hace que no quede nada en la fuente.

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