¿Tenés latas vacías y tornillos sueltos dando vueltas por casa?
Este proyecto te permite convertirlos en contenedores decorativos con un toque envejecido que queda genial en cualquier rincón.
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Es una forma práctica y creativa de reciclar, darle nueva vida a objetos olvidados y sumar organización con estilo.
Qué necesitás
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Latas de conservas limpias y secas
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Tornillos viejos o decorativos
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Adhesivo vinílico (cola blanca)
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Agua
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Sellos decorativos (de goma o silicona)
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Servilletas de papel finas
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Pintura acrílica (en colores base y oscuros)
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Pinceles
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Foil metálico de colores
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Barniz (opcional)
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Pátina o betún de judea
Paso a paso para las latas decoradas
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Prepará una mezcla de cola vinílica con un poco de agua. Aplicala sobre sellos decorativos y presionalos sobre una servilleta de papel. Dejá secar unas 12 horas y luego retirá el papel con cuidado: el diseño va a quedar marcado en relieve.
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Pegá esa servilleta texturada sobre las latas con más adhesivo. Una vez seco, pintá toda la superficie con acrílico en un color base (blanco, negro o terracota, por ejemplo).
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Cuando la pintura seque, aplicá una pátina o betún con pincel seco para resaltar los relieves y dar un aspecto envejecido.
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En las zonas más sobresalientes, colocá pegamento especial para foil. Dejá que seque al punto “etiqueta” (cuando aún está pegajoso) y adherí trozos de foil metálico. Esto les dará un brillo tipo antiguo muy original.
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Si querés, podés pegar tornillos o tuercas en la base o tapa de la lata como detalle decorativo o para usar como patas.
Otra idea: frascos reciclados con decoupage
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Limpiá bien el frasco de vidrio y asegurate de que no tenga etiquetas ni grasa.
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Recortá figuras de papel decorado (pueden ser flores, frutas o frases).
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Aplicá adhesivo vinílico en el frasco, colocá las figuras y pincelá con más pegamento por encima para fijarlas.
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Dejá secar bien y luego protegé con barniz. Podés sumar cintas, puntillas o etiquetas para completar el look.
Consejos:
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Usá servilletas de una sola capa para lograr mejores relieves con los sellos.
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Para aplicar la pátina, descargá bien el pincel antes de pasarlo.
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El foil queda mejor en zonas bien secas y con textura.
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Combiná distintos colores para lograr efectos más vintage.
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Si decorás frascos para la cocina, asegurate de usar barniz apto para alimentos.
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Sumá tapas pintadas o con detalles de tela para un acabado más prolijo.
Con un poco de imaginación, podés transformar elementos comunes en piezas únicas que decoran y organizan al mismo tiempo.
¡Animate a probar!