En la naturaleza existen muchos insectos que, a simple vista, pueden parecer iguales, pero cumplen funciones muy diferentes.
Algunos son esenciales para el equilibrio del ecosistema, mientras que otros pueden resultar agresivos o incluso peligrosos.
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Aprender a reconocerlos no solo ayuda a proteger a las especies beneficiosas, sino también a evitar accidentes.
Abeja doméstica (Apis mellifera)
La abeja doméstica es una de las especies más valiosas del planeta.
Se caracteriza por su cuerpo cubierto de vellos finos, de color dorado con franjas negras.
Es una excelente polinizadora, responsable de más del 70% de la polinización de cultivos y flores silvestres.
Vive en colmenas organizadas con una reina, obreras y zánganos, y se alimenta del néctar y el polen de las flores.
Las abejas no son agresivas y solo pican cuando se sienten amenazadas.
Su aguijón queda clavado al picar, por lo que mueren tras hacerlo.
Es importante protegerlas, ya que su desaparición afectaría gravemente la producción de alimentos y la biodiversidad.
Abejorro terrestre (Bombus terrestris)
El abejorro terrestre es más grande y robusto que la abeja.
Tiene el cuerpo redondeado, con franjas negras y amarillas y un pelaje denso que lo hace fácilmente reconocible.
Al igual que las abejas, cumple un papel clave en la polinización, especialmente en climas fríos donde las abejas comunes tienen más dificultades para volar.
Es una especie dócil y poco agresiva. Suele anidar en el suelo o en cavidades abandonadas por roedores.
Su zumbido es más grave y fuerte, pero inofensivo: es una señal de su arduo trabajo transportando polen de flor en flor.
Avispa común (Vespula vulgaris)
La avispa común se distingue por su cuerpo más liso, sin vellos, y un color amarillo brillante con franjas negras bien definidas.
A diferencia de las abejas, no participa en la polinización; su dieta se basa en otros insectos y restos de comida, por lo que suele verse cerca de lugares donde hay alimentos.
Puede picar varias veces sin morir, y lo hace de manera más agresiva si percibe amenaza o si alguien se acerca a su nido.
Sus colonias suelen encontrarse en huecos del suelo, techos o estructuras de madera.
Avispón europeo (Vespa crabro)
El avispón europeo es una de las especies más grandes de su tipo, con una longitud que puede superar los 3,5 cm.
Su cuerpo combina tonos marrones, amarillos y rojizos. Aunque imponente, no suele atacar sin motivo y ayuda a controlar plagas al alimentarse de otros insectos.
Sin embargo, sus picaduras son dolorosas y pueden provocar reacciones severas en personas alérgicas.
Sus nidos, de papel masticado, suelen encontrarse en árboles huecos o estructuras abandonadas.
Avispón asiático (Vespa velutina)
El avispón asiático es una especie invasora que representa una amenaza para las abejas y la apicultura.
Tiene un cuerpo oscuro con patas amarillas y mide unos 3 cm.
Es muy territorial y depredador de abejas, lo que afecta directamente la polinización y la producción de miel.
Construye grandes nidos esféricos en árboles o techos, y puede picar repetidamente si se siente amenazado.
En zonas donde se ha propagado, se recomienda no acercarse y avisar a las autoridades locales para su control.