Reciclar en casa es una forma efectiva de cuidar el medio ambiente y, al mismo tiempo, aprovechar materiales que de otro modo terminarían en la basura.
Uno de los elementos más fáciles de reutilizar son los rollos de papel higiénico, esos tubos de cartón que solemos descartar sin pensarlo dos veces.
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Lo cierto es que, con un poco de creatividad, pueden convertirse en soluciones prácticas y decorativas para el hogar.
A continuación, te mostramos tres ideas muy fáciles y útiles para transformar estos rollos en verdaderos tesoros ecológicos.
No necesitás gastar dinero ni tener experiencia en manualidades, solo ganas de hacer algo diferente y funcional.
Compost casero con cartón biodegradable
El cartón de los rollos es perfecto para compostar porque se descompone rápidamente y aporta carbono al suelo, un nutriente esencial para equilibrar los residuos orgánicos ricos en nitrógeno.
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Cortá los rollos en pedacitos pequeños con la mano o una tijera.
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Mezclalos con restos de frutas, verduras y yerba en una maceta o composter.
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Regá regularmente para mantener la humedad y permitir que se descompongan.
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En pocos días vas a notar que el cartón empieza a integrarse a la tierra.
Este método es ideal para macetas, jardines o huertas urbanas. Además de reducir residuos, estás alimentando tus plantas de forma natural y gratuita.
Florero rústico con rollos reciclados
Una opción decorativa y económica es crear un florero artesanal. Solo necesitás:
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6 rollos de papel higiénico vacíos
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Pistola de silicona o pegamento fuerte
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Pintura acrílica o en aerosol
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5 sorbetes de plástico (o palitos de brochette)
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Pegá los rollos formando un círculo.
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Pintá con el color que prefieras.
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Pegá los sorbetes entre las uniones como refuerzo.
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Colocá flores secas o artificiales dentro de cada rollo.
Queda ideal como centro de mesa o para adornar una estantería.
Organizador de escritorio o librería
Si necesitás ordenar lápices, marcadores o pinceles, esta es la idea perfecta:
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Buscá una caja de zapatos.
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Pegá 18 rollos parados dentro de la caja, uno al lado del otro.
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Con otro cartón, hacé tiras y cubrí los bordes internos.
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Pegá todo con silicona caliente.
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Pintá del color que te guste.
Es práctico, duradero y te permite tener todos tus útiles ordenados.
Consejos:
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Usá pintura en aerosol si querés un acabado más parejo.
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Si no tenés silicona, podés usar cola vinílica (tarda más en secar).
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Decorá con cintas, telas o papel de colores.
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Para el compost, usá rollos sin tinta ni restos de papel adherido.
Este tipo de manualidades no solo reduce la basura, sino que también te permite ahorrar y decorar con ingenio.
Convertir algo tan simple como un rollo de papel higiénico en un objeto útil puede ser el primer paso para adoptar un estilo de vida más sustentable.