Con el paso del tiempo, el fondo del inodoro puede volverse amarillento debido a la acumulación de sarro, cal y restos de suciedad.
Esto genera una apariencia desagradable y da la impresión de falta de higiene, incluso cuando se limpia con frecuencia.
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Por suerte, existe una manera rápida y efectiva de devolverle el brillo a la porcelana en un solo paso, utilizando productos económicos y fáciles de conseguir en casa.
El método en 1 paso
Lo único que tenés que hacer es volcar una taza de vinagre blanco directamente en el fondo del inodoro, cubrir las manchas amarillentas con un par de cucharadas de bicarbonato de sodio y dejar que la mezcla haga efervescencia durante unos minutos.
Sin esperar demasiado, agarrá la escobilla y frotá con energía toda la superficie manchada, aprovechando la reacción entre ambos ingredientes que afloja el sarro incrustado.
Al terminar, tirá la cadena y vas a notar inmediatamente cómo el fondo queda blanco, desinfectado y libre de olores, sin necesidad de repetir varias veces ni usar químicos costosos.
Por qué funciona
La acidez del vinagre descompone los depósitos minerales y elimina bacterias, mientras que el bicarbonato potencia su acción con un efecto abrasivo y espumoso que despega la suciedad.
Esta combinación casera logra lo que muchos limpiadores comerciales no pueden: blanquear, desinfectar y neutralizar olores de manera natural y en un solo movimiento.
Recomendaciones
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Si el sarro está muy adherido, podés repetir el proceso una segunda vez para lograr un resultado perfecto.
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Aplicalo una vez por semana para mantener el inodoro siempre reluciente.
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No mezcles este método con productos químicos como lavandina o amoníaco, ya que pueden liberar gases dañinos.
Con este truco en un solo paso, tu inodoro queda limpio, blanco y fresco en cuestión de minutos, sin esfuerzo y con lo que ya tenés en casa.