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Cómo hacer Pasta alla Carbonara

La pasta alla carbonara es uno de los platos más famosos de la cocina italiana.

Su sabor intenso y su textura cremosa la hacen única. Aunque lleva pocos ingredientes, el secreto está en la técnica.

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Ingredientes

  • 300 g de pasta seca (idealmente spaghetti o rigatoni)

  • 150 g de guanciale (o panceta en su defecto)

  • 6 yemas de huevo

  • 50 g de queso pecorino romano rallado

  • 40 ml de agua de cocción de la pasta

  • Pimienta negra recién molida (cantidad a gusto)

Preparación

  1. Poné una olla grande con abundante agua y un poco de sal a hervir para cocinar la pasta.

  2. Mientras tanto, cortá el guanciale en tiras finas y llevá a una sartén grande a fuego medio. Cociná hasta que esté dorado y crocante. No agregues aceite: el guanciale soltará su propia grasa.

  3. En un bowl, batí las 6 yemas con el queso pecorino rallado y una buena cantidad de pimienta negra. Agregá 40 ml del agua caliente de cocción de la pasta y mezclá hasta obtener una crema espesa. Reservá.

  4. Cociná la pasta hasta que esté al dente según las instrucciones del paquete. Una vez lista, escurrila (reservando un poco más del agua de cocción) y agregala directamente a la sartén con el guanciale.

  5. Apagá el fuego de la sartén para que no se cocinen las yemas al incorporarlas. Agregá la mezcla de yemas, queso y agua caliente, mezclando todo rápidamente. Esto evitará que se coagule el huevo y se transformará en una salsa sedosa.

  6. Si ves que queda demasiado espeso, podés agregar una o dos cucharadas del agua de cocción reservada para aligerar la mezcla.

  7. Serví inmediatamente con un poco más de pecorino rallado y pimienta negra por encima.

Consejos:

  • El guanciale es el ingrediente original de la carbonara, pero si no conseguís podés reemplazarlo por panceta. En lo posible, que sea ahumada y con algo de grasa.

  • El queso pecorino romano puede ser fuerte para algunos paladares. Si preferís un sabor más suave, reemplazalo por una mezcla de pecorino y parmesano, o sólo parmesano rallado.

  • No uses crema de leche: la carbonara auténtica no lleva crema. La textura cremosa se logra con las yemas, el queso y el agua caliente.

  • Es fundamental retirar la sartén del fuego antes de agregar las yemas. El calor residual es suficiente para crear la emulsión perfecta sin que el huevo se cocine tipo revuelto.

  • Usá pimienta negra recién molida para un aroma intenso y más profundo.

  • Esta receta no lleva ajo ni cebolla. La clave está en la simplicidad de sus ingredientes.

Una pasta tradicional, intensa y simple, que te transporta directo a Roma con cada bocado.

¡Ideal para un almuerzo especial o una cena rápida llena de sabor!

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