Si te gusta crear objetos decorativos únicos y sostenibles, esta técnica te va a encantar.
Con algo tan simple como aserrín reciclado podés fabricar una masa moldeable que, al secarse, se convierte en una especie de “madera artesanal”.
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Ideal para hacer bandejas, bases, figuras decorativas o recipientes con textura natural. Es económica, ecológica y muy divertida de preparar.
Materiales
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3 tazas de aserrín fino (preferentemente seco y tamizado)
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1 taza de maicena
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3 tazas de agua
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½ taza de cola vinílica o pegamento blanco
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3 cucharadas de vinagre blanco
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Un recipiente grande
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Cuchara o espátula resistente
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Un plástico o papel manteca para extender la masa
Paso a paso
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Prepará la base
En una olla o recipiente para cocinar, colocá la maicena, el agua y el pegamento. Mezclá bien hasta que no queden grumos. Llevá a fuego bajo y revolvé constantemente hasta que la mezcla espese y tome una consistencia cremosa. -
Agregá el vinagre
Retirá del fuego, incorporá el vinagre y mezclá bien. Este ingrediente ayuda a conservar mejor la masa y evita que se formen hongos. -
Incorporá el aserrín
Colocá la mezcla sobre una superficie resistente y añadí el aserrín poco a poco. Mezclá hasta integrar completamente. -
Amasá hasta lograr textura
Cuando la mezcla esté tibia, empezá a amasar con las manos hasta obtener una masa firme, moldeable y sin que se despegue. Si está muy seca, agregá un chorrito de agua o pegamento; si está muy húmeda, sumá más aserrín. -
Dale forma
Extendé la masa sobre un plástico y alisala con las manos o un rodillo. Podés cortarla en figuras, colocarla dentro de moldes o cubrir recipientes para darles forma. Si querés hacer bowls o bandejas, apoyá la masa sobre el interior del molde y ajustá suavemente los bordes. -
Secado
Dejá secar las piezas en un lugar ventilado, evitando el sol directo. El tiempo de secado dependerá del grosor de cada pieza, pudiendo tardar entre 2 y 5 días.
Tips y consejos:
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Una vez secas, las piezas pueden lijarse para obtener una superficie más suave.
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Si querés darles color, podés pintarlas con acrílicos o barniz.
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Para un acabado más resistente, aplicá una capa final de sellador o laca transparente.
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Si querés darle una textura rústica, usá aserrín grueso o mezclá diferentes tipos.
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Evitá el exceso de pegamento, ya que puede dejar la masa pegajosa y tardará más en secar.
Con esta técnica podés transformar simples restos de carpintería en objetos decorativos con apariencia de madera tallada.
Es perfecta para quienes disfrutan del trabajo manual y buscan proyectos sostenibles que combinen creatividad con reciclaje.