Cuidar la piel no siempre requiere cremas costosas o tratamientos de spa.
Con solo algunos ingredientes naturales podés preparar un exfoliante casero que limpia, suaviza y deja un perfume fresco a limón irresistible.

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Ideal para revitalizar la piel después de un día largo, este exfoliante elimina impurezas, hidrata y deja una sensación de frescura total.
Qué necesitás
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1 ¼ taza de azúcar (blanca o rubia, según la textura que prefieras)
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Ralladura de 1 limón
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¼ taza de aceite de coco (puede ser derretido si está sólido)
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1 cucharada de miel
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15 gotas de aceite esencial de limón
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2 cucharadas de jabón natural líquido o rallado
Paso a paso
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Prepará la base: en un bol grande, colocá el azúcar y la ralladura de limón. Mezclá bien para que el azúcar absorba el aroma cítrico natural.
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Agregá el aceite de coco: verté el aceite de coco y mezclá hasta lograr una textura húmeda y uniforme. Este ingrediente es clave para nutrir la piel y dejarla suave.
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Incorporá la miel: añadí la miel, que actúa como humectante natural, ayudando a mantener la hidratación y suavidad de la piel después del exfoliado.
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Sumá el jabón natural: mezclá las dos cucharadas de jabón para darle un toque espumoso que limpia sin resecar.
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Agregá el aceite esencial: por último, incorporá las gotas de aceite esencial de limón, que no solo potencian el aroma sino que también aportan propiedades purificantes y tonificantes.
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Guardá la mezcla: colocá el exfoliante en un frasco de vidrio con tapa hermética y conservá en un lugar fresco y seco hasta por 2 semanas.
Cómo aplicarlo
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Tomá una pequeña cantidad con una cuchara limpia.
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Aplicalo sobre la piel húmeda y masajeá con movimientos circulares durante unos minutos, especialmente en zonas como codos, rodillas o talones.
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Enjuagá con agua tibia y secá con una toalla suave.
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Finalizá con una crema o aceite corporal para mantener la hidratación.
Tips y consejos:
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Si tu piel es sensible, usá azúcar blanca para una exfoliación más suave.
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Podés usarlo en el rostro una vez por semana, evitando el contorno de ojos y labios.
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Si querés intensificar el aroma, agregá unas gotitas extra de aceite esencial o un poco más de ralladura de limón.
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Conservá el exfoliante en un frasco seco y evitá que entre agua para prolongar su duración.
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También podés usarlo antes de depilarte para prevenir vellos encarnados o después del sol para renovar la piel.
Natural, económico y con un aroma cítrico que despierta los sentidos, este exfoliante de limón, miel y coco deja la piel luminosa, limpia y profundamente hidratada.
Un pequeño ritual casero que transforma tu rutina en un momento de bienestar.