Los choclos hervidos son una opción sencilla, económica y súper natural para acompañar tus comidas o simplemente disfrutar como plato principal.
Cuando están bien cocidos, con su dulzura característica y esa textura apenas crocante, no necesitan mucho más para brillar.
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Además, son una excelente alternativa para quienes buscan una alimentación más saludable y libre de ultraprocesados.
Esta receta no solo es fácil de hacer, sino que es ideal para quienes prefieren alimentos orgánicos, sin conservantes y con el sabor auténtico de la tierra.
El choclo, cuando es fresco y de buena calidad, puede ser una de las comidas más nutritivas y completas del día.
Ingredientes
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6 choclos frescos (amarillos o blancos, preferentemente orgánicos)
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Agua (cantidad necesaria)
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Sal gruesa (opcional)
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Manteca natural (opcional, para servir)
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Pimienta recién molida o hierbas frescas (opcional)
Preparación
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Retirá las hojas y las barbas del choclo con cuidado. Si son choclos orgánicos, guardá las hojas más tiernas para usar como envoltorio en otras preparaciones.
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Lavá bien cada mazorca con agua fría para eliminar cualquier resto de tierra.
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Colocá los choclos en una olla grande y cubrilos con agua fría. Podés agregar una pizca de sal gruesa si querés potenciar el sabor, aunque muchos prefieren hervirlos sin sal para que conserven su dulzura natural.
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Llevá la olla al fuego y, una vez que rompe el hervor, cociná durante 15 a 20 minutos. Están listos cuando los granos están bien inflados y tiernos al pincharlos con un cuchillo.
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Retirá del agua caliente y servilos enseguida.
Sugerencias para servir
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Con una cucharadita de manteca natural por encima y una pizca de pimienta negra recién molida.
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Espolvoreados con hierbas frescas picadas como perejil, ciboulette o tomillo.
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Como guarnición de carnes a la plancha, milanesas de vegetales o ensaladas completas.
Consejos
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Si conseguís choclos orgánicos o de huerta, mejor aún. Tienen más sabor, mejor textura y menos residuos químicos.
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Evitá cocinarlos demasiado: si pasan de cocción, se endurecen.
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También podés hervirlos al vapor para conservar aún más sus nutrientes.
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Si te sobran, guardalos en la heladera y calentalos al vapor o a la plancha al día siguiente.
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No descartes los granos: podés desgranar los choclos cocidos y usarlos en ensaladas frías, guisos o tartas.
Los choclos hervidos, simples y naturales, son una muestra de que no hace falta complicarse para comer rico y saludable.
Aprovechá los productos de estación y volvé a lo básico: sabor real, directo del campo a tu mesa.