Este budín es una opción saludable y deliciosa para el desayuno o la merienda.
Su textura cremosa por dentro y su capa dorada por fuera lo hacen irresistible.
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No lleva harina ni azúcar refinada, solo avena, miel y un toque de manteca que le da un sabor casero y reconfortante.
Ingredientes
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2 tazas de avena arrollada
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1 taza de leche (puede ser vegetal)
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1 banana madura pisada o 1 manzana rallada
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2 cucharadas de miel o jarabe natural
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1 huevo
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2 cucharadas de manteca derretida (más un poco extra para la superficie)
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½ cucharadita de canela en polvo
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½ cucharadita de polvo para hornear
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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Pizca de sal
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Opcional: semillas de sésamo o frutos secos picados para decorar
Preparación
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Precalentá el horno a 180 °C y enmantecá un molde pequeño o varios moldes individuales.
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En un bol grande, colocá la avena y la leche. Dejá reposar unos 10 minutos para que la avena se hidrate.
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Agregá la banana pisada (o manzana rallada), el huevo, la miel, la manteca derretida y la esencia de vainilla. Mezclá bien.
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Incorporá la canela, la pizca de sal y el polvo para hornear. Si querés, podés añadir frutos secos o pasas.
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Verté la mezcla en el molde, presionando suavemente con una espátula para nivelar.
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Pincelá la superficie con un poco de manteca y espolvoreá semillas de sésamo.
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Horneá durante 25 a 30 minutos, hasta que la parte superior esté dorada y firme al tacto.
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Dejá enfriar unos minutos antes de servir.
Tips y consejos:
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Si querés una textura más cremosa, agregá un poco más de leche o banana.
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Podés usar avena instantánea o tradicional; la segunda da un resultado más rústico.
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Si preferís un sabor más intenso, sustituí la miel por jarabe de maple o dátiles procesados.
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Para una versión sin huevo, reemplazalo por una cucharada de semillas de chía hidratadas en 3 cucharadas de agua.
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Si querés servirlo como postre, añadí una cucharada de yogur natural o una bola de helado encima.
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Guardalo en la heladera hasta 3 días y calentalo unos segundos antes de comerlo.
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También podés hacerlo en formato individual en moldes para muffins o flaneras.
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Si te gusta más dulce, aumentá una cucharada de miel o agregá trocitos de dátiles.
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Para una versión más energética, incorporá una cucharada de manteca de maní a la mezcla.
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Si querés que quede con un brillo especial, añadí un poco de miel o manteca derretida por encima al sacarlo del horno.
Su aroma a miel y canela, junto con la textura tierna y ligeramente tostada, hacen de este budín de avena una receta simple, sana y deliciosa para disfrutar en cualquier momento del día.