Delicados por fuera y cremosos por dentro, estos crepes rellenos de queso son una opción irresistible para una comida rápida o una cena especial.
Su masa suave y su interior fundido hacen de este plato un clásico que siempre conquista.

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Ingredientes
Para los crepes:
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125 g de harina
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3 huevos
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1 cucharada de manteca derretida
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250 ml de leche
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1 pizca de sal
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Manteca extra para cocinar
Para el relleno:
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400 g de ricota o queso fresco
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100 g de queso rallado (mezcla de 4 quesos o similar)
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2 bolas de mozzarella fresca cortadas en bastones
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2 cucharadas de salsa de tomate frito (opcional, para dar sabor)
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Sal y pimienta a gusto
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Queso parmesano rallado (para gratinar o espolvorear)
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Hojas de albahaca fresca (para decorar)
Preparación
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En un bol, mezclá la harina con la leche y los huevos. Batí hasta obtener una masa sin grumos.
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Agregá la manteca derretida y la pizca de sal. Mezclá nuevamente y dejá reposar la masa 10 minutos.
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Calentá una sartén antiadherente y engrasala con un poquito de manteca. Verté un cucharón de masa y mové la sartén para cubrir toda la base. Cociná 1 minuto por lado hasta que los crepes estén dorados. Reservá.
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En otro recipiente, mezclá la ricota con el queso rallado, la salsa de tomate, sal y pimienta.
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Colocá una porción del relleno en cada crepe y agregá uno o dos bastones de mozzarella en el centro.
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Enrollá o doblá los crepes formando rollitos firmes.
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Calentá una sartén con un poco de manteca y dorá los crepes por todos lados hasta que la mozzarella se derrita y la superficie quede dorada.
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Serví calientes, espolvoreados con parmesano y decorados con hojas de albahaca fresca.
Tips y consejos:
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Si querés una versión más liviana, reemplazá parte de la ricota por queso crema descremado.
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Para una textura aún más fundente, podés mezclar mozzarella con provolone o gouda.
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Si te gusta el sabor más intenso, añadí un toque de ajo en polvo o orégano seco al relleno.
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También podés hacer una versión gratinada: colocá los crepes en una fuente, cubrilos con salsa blanca y parmesano, y horneá hasta que doren.
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Congelan muy bien: envolvelos en film y guardalos hasta por 3 meses. Para recalentarlos, usá horno o sartén para mantener su textura.
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Si querés servirlos como entrada, cortalos en rodajas gruesas y pinchalos con palillos.
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Podés variar el relleno agregando espinaca, jamón o tomates secos picados.
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Para una masa más aireada, agregá una cucharadita de polvo de hornear a la mezcla.
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Si te sobra relleno, usalo como dip para untar con pan o galletitas saladas.
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Servilos con una ensalada fresca o con una salsa de tomate casera para completar el plato.
Estos crepes rellenos de queso mozzarella son irresistibles, suaves y llenos de sabor.
Perfectos para sorprender en casa con un plato simple pero delicioso.