Las rosas son una de las flores más admiradas por su belleza y fragancia, pero a veces pueden marchitarse más rápido de lo esperado.
La buena noticia es que existe un método sencillo para darles una nueva oportunidad: hacer que crezcan a partir de un tallo.

Te recomendamos: Si cultivas esta planta, asegúrate de mantenerla fuera de tu casa y de propagarla
Este procedimiento, conocido como enraizamiento, permite obtener nuevas plantas incluso de rosas que parecían perderse.
Ingredientes
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1 cucharadita de miel
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2 cucharaditas de jugo de aloe vera
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1 cucharadita de ceniza de madera
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120 ml de agua reposada o sedimentada
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Tierra fértil para plantar
Procedimiento
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Prepará los esquejes: cortá la flor de manera recta y dejá la parte superior del tallo con 3 a 5 brotes y algunas hojas. El corte inferior debe hacerse en forma oblicua para favorecer la absorción de nutrientes.
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En un recipiente mezclá la miel, el aloe y la ceniza. Sumá el agua reposada a temperatura ambiente y mezclá bien.
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Colocá los esquejes en esta solución durante 12 horas. Esto ayuda a que recuperen vigor y se estimule el enraizamiento.
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Pasado ese tiempo, retiralos de la mezcla y plantalos en tierra húmeda dentro de una maceta. Cubrilos con una botella plástica cortada o una bolsa transparente para mantener la humedad.
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Ubicá la maceta en un lugar cálido y abrí la cubierta cada tanto para que la planta reciba oxígeno. Si el suelo se seca, humedecelo suavemente sin encharcar.
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Después de 40 a 45 días, los tallos comenzarán a generar raíces. Una vez enraizados, podés trasplantarlos al jardín o a una maceta más grande cerca de una ventana soleada.
Consejos:
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Las rosas necesitan varias horas de luz solar directa por día para crecer con fuerza y florecer en su máximo esplendor.
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El riego es clave: mantené la tierra húmeda, sobre todo en la etapa de crecimiento y floración. Lo ideal es regar a la mañana temprano para evitar hongos y enfermedades.
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Evitá mojar las hojas directamente, ya que las gotas de agua pueden generar manchas negras y otros problemas en la planta.
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A medida que la rosa crezca, podés podar ramas secas o débiles para que concentre su energía en los tallos fuertes.
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En climas fríos conviene resguardar los esquejes en el interior durante el primer tiempo, hasta que las raíces estén firmes y la planta más resistente.
Hacer crecer una rosa desde un tallo no solo es posible, también es una experiencia gratificante para quienes aman la jardinería.
Con paciencia y cuidados básicos, en pocas semanas vas a poder disfrutar de una nueva planta floreciendo en tu casa o en tu jardín.