Las albóndigas de vegetales son una excelente alternativa para quienes buscan una opción liviana, nutritiva y muy sabrosa.
Se pueden disfrutar solas, como entrada o acompañadas de alguna salsa casera.
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Esta versión con calabacín es fácil de preparar, económica y perfecta para sumar más verduras a la dieta diaria.
Ingredientes
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2 calabacines medianos (aprox. 400 g, rallados)
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1 cebolla mediana (100 g, bien picada)
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1 diente de ajo rallado o picado fino
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60 g de queso parmesano rallado
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130 g de pan rallado (o panko para más crocante)
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1 huevo mediano
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1 cucharada de perejil fresco picado
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1 cucharadita de sal
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½ cucharadita de pimienta negra
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1 cucharada de aceite de oliva (para pincelar)
Preparación
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Precalentar el horno
Encendé el horno a 200 °C. Prepará una bandeja para horno y pincelala apenas con aceite de oliva. -
Rallar y escurrir los calabacines
Lavá los calabacines, rallalos con un rallador grueso y colocalos en un colador. Sumales una pizca de sal y dejalos reposar 10 minutos para que larguen el agua. Luego exprimilos bien con un repasador limpio o con las manos hasta sacar todo el líquido posible. -
Preparar la mezcla
En un bol grande, mezclá el calabacín escurrido con la cebolla, el ajo, el queso parmesano, el pan rallado, el huevo y el perejil. Condimentá con sal y pimienta. Integrá todo hasta que quede una mezcla pareja y un poco pegajosa. Si la notás muy húmeda, agregá un poco más de pan rallado. -
Formar las albóndigas
Con las manos apenas húmedas, tomá porciones del tamaño de una cucharada y formá bolitas parejas. Colocalas en la bandeja, dejando un pequeño espacio entre cada una. Deberían salir entre 12 y 15. -
Hornear
Pincelá la parte superior de las albóndigas con un poco de aceite de oliva. Cocinalas en el horno durante 20–25 minutos, dándolas vuelta a la mitad del tiempo, hasta que estén doradas por fuera y tiernas por dentro.
Consejos:
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Escurrido del calabacín: Es clave sacarle toda el agua para que las albóndigas no se desarmen.
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Tipo de pan rallado: Si usás panko, quedan más crocantes; el pan rallado común da una textura más compacta.
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Variedades: Probá agregar zanahoria rallada o cambiar el queso parmesano por feta para un sabor más fuerte.
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Acompañamientos: Van muy bien con salsa de tomate casera, una salsa de yogur con limón o hasta con un dip de queso crema.
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Conservación: Podés guardarlas en la heladera hasta 3 días. Para recalentarlas y que vuelvan a estar crocantes, lleválas unos minutos al horno bajo.
Un plato práctico, liviano y lleno de sabor, ideal para disfrutar en familia o compartir en una picada saludable.