Los callos en los pies son más comunes de lo que pensamos y, aunque suelen ser inofensivos, pueden resultar incómodos y afectar la apariencia de la piel.
Aparecen por la fricción constante o la presión en ciertas áreas del pie, generalmente causada por un calzado inadecuado o largos periodos de caminata.

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Afortunadamente, existen remedios caseros efectivos, fáciles y económicos para eliminarlos y suavizar la piel.
1. Baños de agua tibia para ablandar la piel
Remojar los pies es el primer paso para eliminar los callos.
Este método ayuda a suavizar la piel endurecida y facilita su tratamiento.
Llena un recipiente con agua tibia y sumerge los pies durante 15-20 minutos.
Para potenciar el efecto, agrega sal de Epsom o bicarbonato de sodio, ambos con propiedades exfoliantes y calmantes.
Si no tienes sal de Epsom, unas gotas de aceites esenciales como lavanda o árbol de té pueden brindar un efecto relajante y antibacteriano.
2. Exfoliación con bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio es un exfoliante natural que ayuda a remover la piel muerta de los callos.
Mezcla tres cucharadas de bicarbonato con un poco de agua para crear una pasta.
Aplica la pasta sobre los callos y masajea suavemente con movimientos circulares. Enjuaga con agua tibia y seca bien los pies.
Podés repetir este proceso dos o tres veces por semana para obtener mejores resultados.
3. Compresas de vinagre de manzana
El vinagre de manzana tiene propiedades ácidas que ablandan los callos y facilitan su eliminación.
Empapa un algodón con vinagre de manzana y colócalo sobre el callo.
Fija el algodón con una venda y déjalo actuar durante la noche. Al día siguiente, frota suavemente la zona con una piedra pómez.
Si notas irritación, diluye el vinagre con agua o reduce el tiempo de aplicación.
4. Aceite de ricino para hidratar
El aceite de ricino es ideal para hidratar la piel seca y prevenir que los callos se endurezcan nuevamente.
Aplica unas gotas de aceite de ricino sobre el callo y masajea durante unos minutos.
Cubre el pie con un calcetín de algodón y deja actuar toda la noche.
Si no tienes aceite de ricino, podés usar aceite de oliva o aceite de coco, que tienen propiedades similares.
5. Piedra pómez para remover la piel muerta
La piedra pómez es un clásico en el cuidado de los pies y una herramienta efectiva para reducir los callos.
Remoja los pies en agua tibia para ablandar la piel. Frota la piedra pómez sobre el callo con movimientos suaves y circulares.
Lava y seca bien la piedra después de cada uso para mantenerla limpia.
No presiones demasiado fuerte para evitar dañar la piel.
6. Rodajas de limón o cebolla
Ambos ingredientes contienen ácidos naturales que ayudan a ablandar los callos.
Coloca una rodaja de limón o cebolla sobre el callo. Fija con una venda y deja actuar durante la noche.
Por la mañana, lava los pies y frota suavemente con una piedra pómez.
También podés usar cáscaras de piña, que contienen enzimas que ayudan a exfoliar la piel.
7. Aceite de coco para mantener la piel suave
El aceite de coco no solo hidrata la piel, sino que también ayuda a prevenir la aparición de nuevos callos.
Aplica una pequeña cantidad de aceite de coco sobre los pies limpios y secos. Masajea hasta que el aceite se absorba por completo.
Consejos para prevenir los callos
- Elegí el calzado adecuado asegurándote de que sea cómodo y brinde buen soporte.
- Cortá tus uñas regularmente para evitar que ejerzan presión en los dedos.
- Hidratá tus pies diariamente con una crema específica para mantener la piel suave.
- Evitá la fricción utilizando calcetines acolchados si vas a caminar largas distancias.
- Mantené una rutina de cuidado con baños de agua tibia y exfoliaciones periódicas.
Eliminar los callos de los pies no tiene por qué ser complicado ni costoso.
Con estos remedios naturales y cuidados preventivos, podés mantener tus pies suaves, saludables y libres de callos durante todo el año.
¡Poné en práctica estos consejos y notá la diferencia!