Cada vez más personas se animan a cultivar sus propios alimentos en casa, ya sea en una terraza, en el patio o incluso en una ventana con buena luz.
Y no hace falta tener experiencia ni herramientas especiales: con algunos consejos simples, podés plantar jengibre, ajo y limoncillo siguiendo el método que usan muchos agricultores.
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Es fácil, económico y muy útil para tener siempre ingredientes frescos a mano.
Cultivo de jengibre: paso a paso desde casa
Para cultivar jengibre, primero necesitás un trozo fresco, sin hongos ni partes blandas.
Lavalo bien y cortalo en pedazos grandes, asegurándote de que cada uno tenga al menos un “ojo” o brote.
Colocá los trozos en una fuente o frasco de vidrio con un poco de agua en la base.
Cubrilos con un paño húmedo y dejalos en un lugar templado, sin sol directo.
Después de una semana, deberías ver las primeras raíces. Si aún no aparecen, cambiá el agua y dejalo otra semana más.
Una vez que tengan raíces bien visibles, plantalos en una maceta con tierra suelta y drenaje.
Colocá los trozos con la parte brotada hacia arriba, apenas cubiertos por la tierra.
Regá con moderación y, con algo de paciencia, vas a ver cómo empiezan a crecer nuevos brotes de jengibre.
Cómo multiplicar limoncillo sin esfuerzo
El limoncillo o citronela es ideal para dar sabor a comidas o infusiones, y además perfuma el ambiente.
Para cultivarlo, usá tallos frescos que todavía conserven su base. Cortá esa base con un cuchillo bien afilado y colocalos individualmente en vasos o frascos con agua.
Es importante que no estén amontonados ni de a pares: uno por recipiente.
Dejalos cerca de una ventana con buena luz y cambiá el agua cada dos días. A los pocos días verás raíces blancas en la base.
Cuando midan unos 3 o 4 centímetros, ya podés trasplantarlos a tierra. Mantenelos húmedos, pero sin encharcar.
Con el tiempo, cada tallo se convertirá en una planta completa.
Ajo en casa: simple y útil
El ajo es infaltable en cualquier cocina, y cultivarlo en casa es más fácil de lo que parece.
Tomá una cabeza de ajo fresca y pelala con cuidado. Luego, colocala en un recipiente con agua, de forma que solo la parte inferior toque el líquido.
En unos días, van a aparecer raíces blancas que se irán alargando.
Cuando las raíces estén bien desarrolladas, separá la cabeza en dientes individuales, procurando que cada uno conserve su parte de raíz.
Enterralos en una maceta con tierra liviana, con la punta hacia arriba y la raíz hacia abajo.
Regá poco, solo cuando la tierra esté seca, y en pocas semanas vas a ver los primeros brotes.
Tips y consejos para que todo crezca mejor:
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Usá tierra suelta, con buen drenaje, para evitar que se pudran las raíces.
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Evitá el sol directo en las primeras etapas del crecimiento, sobre todo en días de calor intenso.
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Si vas a cultivar en el balcón o una ventana, buscá recipientes con orificios de desagüe.
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Para mantener la humedad, podés cubrir la tierra con cáscara de huevo triturada o pasto seco.
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No uses agua fría del grifo directo: dejala reposar unas horas para que pierda el cloro.
Cultivar en casa es una forma de reconectar con lo natural, ahorrar en las compras y disfrutar de productos frescos y orgánicos.
Con estos métodos simples, vas a tener jengibre, limoncillo y ajo listos para cosechar cuando quieras, sin salir de tu casa.