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Trucos del Hogar

¿Cómo blanquear ropa blanca sin usar lejía (Lavandina)? 6 consejos infalibles

La ropa blanca con el tiempo suele perder ese tono radiante que tenía cuando la compraste.

Aparecen manchas amarillentas, zonas opacas o grises, y muchas veces la solución rápida parece ser la lejía (lavandina).

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Pero este producto puede dañar las fibras de los tejidos y acortar la vida útil de tus prendas.

Por suerte, existen métodos caseros y efectivos para blanquear la ropa sin recurrir a productos agresivos.

Acá te compartimos 6 trucos que podés usar en casa para devolverle el brillo a tu ropa blanca.

1. Hervir la ropa con detergente y bicarbonato

Uno de los métodos más clásicos y potentes para recuperar el blanco es hervir la ropa en una olla grande con agua, unas cucharadas de detergente líquido y una cucharada generosa de bicarbonato de sodio.

Esta combinación ayuda a remover las manchas más difíciles y devuelve la blancura sin dañar los tejidos.

Dejá hervir durante 15 a 20 minutos, apagá el fuego y dejá reposar hasta que se enfríe. Luego, enjuagá y lavá normalmente.

2. Usar agua oxigenada como blanqueador natural

El agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) al 10 volúmenes es un excelente blanqueador casero.

Solo tenés que mezclar media taza con el detergente habitual y lavar normalmente en el lavarropas.

También podés dejar la prenda en remojo con agua y un chorro de agua oxigenada por unas horas.

Este método es ideal para ropa delicada y no daña los colores.

3. Jugo de limón y sol: combinación efectiva

Exprimir un par de limones en una palangana con agua caliente y dejar allí las prendas blancas durante unas horas puede ayudar a eliminar manchas y a dar más brillo.

Si el día está soleado, colgalas al sol después del remojo para potenciar el efecto.

El ácido cítrico del limón actúa como aclarador natural.

4. Vinagre blanco para ropa más suave y clara

El vinagre blanco no solo elimina olores, sino que también ayuda a quitar manchas amarillas de transpiración o marcas de desodorante.

Agregá una taza en el compartimento del suavizante del lavarropas o usalo en un remojo previo con agua tibia.

Es seguro, económico y muy útil para prendas que se ven opacas.

5. Leche caliente para prendas delicadas

Aunque suene raro, la leche caliente puede ayudar a blanquear telas finas como encajes o ropa de bebé.

Sumergí la prenda en un recipiente con leche tibia durante una o dos horas. Luego, enjuagá con agua y lavá con jabón neutro.

Este método es ideal para prendas que no soportan productos fuertes ni temperaturas altas.

6. Colorante azul para contrarrestar el tono amarillento

Un truco de los de antes: agregar un toque de colorante azul al lavado.

Este tipo de producto se usaba tradicionalmente para neutralizar el tono amarillento de las telas blancas.

Solo necesitás diluir una pequeña cantidad en agua caliente y hervir allí las prendas por unos minutos.

Esto realza el blanco sin usar químicos agresivos. Después del hervor, enjuagá bien con agua fría y dejá secar al aire libre.

Con estos consejos podés mantener tu ropa blanca reluciente sin necesidad de usar lejía.

Además de ser más amigables con los tejidos, son opciones más seguras para la salud y el medio ambiente.

Elegí el método que más se ajuste a tus prendas y disfrutá de un blanco impecable con ingredientes que tenés en casa.

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