Suave, aireado y con ese toque crujiente que se deshace en la boca, este arrollado de merengue con crema y frambuesas es un postre fresco y elegante.
La base de merengue horneado se combina con una crema suave y frutas rojas, logrando un equilibrio perfecto entre dulzura y acidez.

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Ideal para una mesa especial o para sorprender a tus invitados.
Ingredientes
Para el merengue:
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6 claras de huevo
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200 g de azúcar común
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1 cucharadita de fécula de maíz (maicena)
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1 cucharadita de vinagre blanco o jugo de limón
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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Azúcar impalpable (para espolvorear)
Para el relleno:
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400 ml de crema de leche
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3 cucharadas de azúcar impalpable
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1 cucharadita de esencia de vainilla
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200 g de frambuesas frescas o congeladas (podés usar frutillas o una mezcla de frutos rojos)
Para decorar (opcional):
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Crema batida adicional
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Frambuesas frescas
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Hojas de menta
Preparación
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Preparar el merengue: precalentá el horno a 170 °C y forrá una placa rectangular (aprox. 35 × 25 cm) con papel manteca. Enmantecá y espolvoreá apenas con azúcar impalpable.
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Batí las claras a punto de nieve. Cuando empiecen a formar picos firmes, incorporá el azúcar de a poco, batiendo constantemente hasta que el merengue quede brillante y firme.
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Agregá la maicena, el vinagre y la vainilla, y mezclá suavemente con una espátula.
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Extendé el merengue sobre la placa, formando una capa pareja de unos 2 cm de espesor.
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Horneá 20 a 25 minutos, hasta que esté ligeramente dorado y seco por fuera pero aún tierno por dentro.
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Retirá del horno y dejá enfriar unos minutos. Colocá sobre el merengue una hoja de papel manteca limpia y una rejilla; invertí la placa con cuidado. Retirá el papel original y espolvoreá con azúcar impalpable.
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Preparar el relleno: batí la crema de leche con el azúcar impalpable y la vainilla hasta lograr una consistencia firme (sin pasarte para que no se corte).
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Armar el arrollado: una vez que el merengue esté frío, extendé una capa pareja de crema sobre la superficie. Distribuí las frambuesas por encima.
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Enrollá con cuidado ayudándote con el papel manteca, desde el lado más largo. No importa si se quiebra un poco, es parte de su encanto.
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Colocá el arrollado sobre una bandeja, con la unión hacia abajo.
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Decorar: cubrí con copos de crema batida, frambuesas frescas y hojas de menta. Espolvoreá apenas con azúcar impalpable para darle un toque final.
Tips y consejos:
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Si usás frambuesas congeladas, descongelalas previamente y escurrilas bien para evitar exceso de humedad.
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También podés incorporar un poco de queso mascarpone o queso crema a la mezcla de crema batida para darle más cuerpo.
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Para una versión más fresca, agregá trocitos de mango o durazno junto con las frambuesas.
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Guardalo en la heladera y consumilo dentro de las 24 horas para que mantenga su textura.
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Si querés un toque extra de sabor, podés rociar las frutas con un poco de licor de frambuesa o ron blanco antes de rellenar.
Ligero, cremoso y con un equilibrio perfecto entre lo dulce y lo ácido, este arrollado de merengue con crema y frambuesas es de esos postres que se disfrutan desde el primer bocado.