Si te gusta que la ensalada no sea aburrida, este aderezo casero tipo restaurante es justo lo que necesitás.
Cremoso, sabroso y con un equilibrio justo entre lo ácido, lo dulce y lo especiado, es ideal para acompañar todo tipo de hojas verdes, vegetales, pastas frías o incluso como salsa para dips.

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Se conserva bien en heladera y rinde muchísimo.
Ingredientes
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240 g de crema (puede ser tipo crema agria o crema de leche liviana)
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220 g de vinagre balsámico blanco
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350 g de agua
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15 g de sal fina
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15 g de caldo de verduras en polvo o en cubo desmenuzado
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50 g de azúcar
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400 g de yogur natural (preferentemente descremado)
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80 g de mostaza (la común tipo suave)
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220 g de aceite (ideal mezcla o girasol)
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1 cucharadita de pimienta negra molida
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Perejil, cebollita de verdeo, ají molido o hierbas secas a gusto (opcional)
Preparación
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En una cacerola, colocá el vinagre, el agua, el azúcar, la sal y el caldo de verduras. Llevá a fuego medio y dejá que hierva suave entre 5 y 10 minutos para integrar bien todo.
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Retirá del fuego y dejá que baje un poco la temperatura.
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En un bowl grande, agregá la crema, el yogur, la mostaza, el aceite y la pimienta. Sumá también el contenido de la cacerola tibio, y mezclá todo con un mixer de mano o licuadora hasta lograr una salsa cremosa y bien emulsionada.
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Si te gusta, podés agregarle perejil picado, hierbas secas o un toque de ají molido para darle más carácter.
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Volcá la mezcla en botellas o frascos de vidrio bien limpios, dejá enfriar y guardá en la heladera.
Consejos
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Usá vinagre balsámico blanco para no alterar el color final. Si no tenés, podés reemplazarlo por vinagre de manzana.
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Si querés un sabor más suave, reducí un poco la cantidad de mostaza o usá una variedad dulce.
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Se conserva hasta 10 días en heladera en un frasco hermético.
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Este aderezo también funciona como dip para bastones de zanahoria, apio o snacks.
Este aderezo es tan sabroso que transforma cualquier ensalada simple en un plato digno de restaurante.
Ideal para tener listo en la heladera y levantar cualquier comida del día. Probalo una vez y no vas a querer volver al frasco comprado.