El ajo es mucho más que un simple condimento.
Desde hace siglos, se lo considera un poderoso antibiótico natural capaz de combatir virus, bacterias y hongos de forma efectiva.

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Su uso regular fortalece el sistema inmunológico y ayuda a prevenir enfermedades comunes, desde resfriados hasta infecciones más serias.
Propiedades medicinales del ajo
El secreto del ajo está en la alicina, un compuesto que se libera cuando el diente se corta o se machaca.
Esta sustancia tiene un fuerte efecto antimicrobiano y antifúngico, capaz de eliminar más de una decena de bacterias y combatir infecciones respiratorias, digestivas y de la piel.
Además, estimula la circulación, reduce el colesterol y contribuye a la desintoxicación del organismo.
Consumir ajo crudo en pequeñas cantidades ayuda a fortalecer las defensas, depurar la sangre y mejorar la salud del corazón.
También es útil para reducir la inflamación y prevenir la proliferación de bacterias dañinas en el intestino.
Cómo preparar un antibiótico natural con ajo
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Pelá y picá 4 dientes de ajo frescos.
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Colocalos en un frasco de vidrio pequeño y agregá ½ taza de miel pura.
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Mezclá bien, tapá el frasco y dejalo reposar durante 24 horas a temperatura ambiente.
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Al día siguiente, consumí una cucharadita diaria en ayunas.
Este preparado actúa como un antibiótico natural que refuerza el sistema inmune y protege contra infecciones virales y bacterianas.
Otras formas de aprovechar sus beneficios
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Infusión de ajo y limón: herví una taza de agua con un diente de ajo machacado y el jugo de medio limón. Ideal para aliviar la garganta irritada y limpiar las vías respiratorias.
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Aceite medicinal de ajo: colocá 3 dientes de ajo picados en ½ taza de aceite de oliva, dejá reposar 3 días y usalo para masajear zonas con dolores articulares o musculares.
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Ajo en las comidas: agregalo crudo o ligeramente cocido al final de la cocción para conservar sus propiedades activas.
Tips y consejos:
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Siempre usá ajo fresco; el ajo en polvo pierde gran parte de sus beneficios medicinales.
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Si te resulta fuerte al gusto o al estómago, podés consumirlo junto con un poco de pan o leche.
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Evitá cocinarlo a altas temperaturas, ya que la alicina se destruye con el calor.
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Podés conservar el ajo picado en aceite de oliva dentro de la heladera por hasta una semana.
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No se recomienda su uso excesivo en personas con problemas de coagulación o que tomen anticoagulantes.
El ajo, además de ser un ingrediente fundamental en la cocina, es uno de los remedios naturales más potentes que existen.
Incluirlo en tu dieta diaria es una forma simple, económica y efectiva de cuidar tu salud desde adentro.