Dormir bien no solo depende de tener una buena cama o una rutina relajante, también de lo que comemos antes de acostarnos.
Hay alimentos que contienen nutrientes que ayudan a relajar el cuerpo y la mente, favoreciendo un descanso profundo y reparador.
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Elegir bien la cena o el snack nocturno puede marcar la diferencia entre pasar la noche dando vueltas o dormir como un bebé.
Bananas, fuente natural de triptófano y magnesio
Las bananas son una excelente opción antes de dormir.
Contienen triptófano, un aminoácido que el cuerpo transforma en serotonina y melatonina, dos hormonas que regulan el sueño.
Además, su alto contenido de magnesio ayuda a relajar los músculos y calmar el sistema nervioso. Una banana madura con una cucharadita de miel puede ser un postre ideal antes de ir a la cama.
Leche tibia o infusiones relajantes
La leche tibia, además de ser un clásico, tiene una base científica: también aporta triptófano.
Beber un vaso media hora antes de dormir ayuda a generar sensación de calma.
Si preferís algo liviano o sin lácteos, podés optar por una infusión de manzanilla, tilo, melisa o lavanda, que reducen la tensión y el estrés.
Avena, perfecta para una cena ligera
La avena es rica en melatonina y carbohidratos complejos, lo que facilita la llegada del sueño.
Podés preparar un pequeño tazón de avena cocida con leche o bebida vegetal, endulzada con miel y acompañada de rodajas de banana o trocitos de manzana.
Es liviana, nutritiva y ayuda a mantener un nivel estable de glucosa durante la noche.
Frutos secos y semillas
Un puñado de almendras, nueces o semillas de girasol puede ayudarte a descansar mejor.
Estos alimentos contienen magnesio y ácidos grasos saludables que relajan los músculos y reducen el estrés.
Las nueces, además, aportan melatonina natural.
Solo hay que tener cuidado con la cantidad, ya que son calóricas y lo ideal es consumir un puñadito pequeño.
Pescados azules y huevo
El salmón, el atún y las sardinas son ricos en omega 3 y vitamina D, nutrientes que mejoran la calidad del sueño al regular los niveles de serotonina.
El huevo, por su parte, aporta proteínas y triptófano, por lo que una cena liviana con huevo duro o revuelto puede ser una excelente alternativa para dormir mejor.
Tips y consejos:
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Evitá comidas pesadas o picantes en la noche, ya que dificultan la digestión y alteran el sueño.
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No tomes café, mate o bebidas con cafeína después de las 18 horas.
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Mantené un horario regular para acostarte y despertarte.
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Bajá la intensidad de las luces una hora antes de dormir; el cuerpo asocia la oscuridad con la producción de melatonina.
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Si tenés hambre tarde, elegí snacks naturales como frutas o yogures en lugar de golosinas o panificados.
Descansar bien empieza por cuidar lo que comés.
Incorporar estos alimentos relajantes a tu rutina nocturna no solo mejora el sueño, sino que también aporta bienestar físico y mental para arrancar cada día con más energía.