Los ñoquis de espinaca son una opción sabrosa y liviana que combina lo mejor de las verduras con una textura suave y esponjosa.
Acompañados de una salsa fresca de ajo y limón, se convierten en un plato ideal para disfrutar en cualquier ocasión, fácil de preparar y lleno de sabor.
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Ingredientes
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500 g de espinaca fresca
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300 g de papa hervida y pisada
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200 g de harina 0000 (aproximadamente, puede variar)
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1 huevo
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100 g de queso rallado
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Sal y pimienta a gusto
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Nuez moscada a gusto
Para la salsa:
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3 dientes de ajo picados finitos
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4 cucharadas de aceite de oliva
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Jugo y ralladura de 1 limón
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100 ml de crema de leche
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Sal y pimienta a gusto
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Perejil fresco picado para terminar
Preparación
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Lavar bien la espinaca, escurrirla y cocinarla en agua hirviendo por 2 minutos. Escurrir y exprimir para retirar el exceso de líquido. Picarla bien fina.
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En un bol, mezclar la espinaca con la papa pisada, el huevo, el queso rallado y los condimentos.
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Agregar la harina de a poco hasta formar una masa suave que no se pegue a las manos. Es importante no agregar de más para que no queden duros.
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Dividir la masa en partes y formar cilindros finos sobre la mesada enharinada. Cortar trozos de 2 cm y, si se desea, marcarlos con un tenedor.
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Hervir abundante agua con sal y cocinar los ñoquis hasta que suban a la superficie. Retirarlos con espumadera y reservar.
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Para la salsa, calentar el aceite en una sartén y dorar los ajos a fuego bajo para que no se quemen.
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Agregar la crema, el jugo y la ralladura de limón. Mezclar bien, salpimentar y cocinar 3 minutos hasta integrar.
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Incorporar los ñoquis cocidos a la sartén, mover suavemente para que se impregnen con la salsa y terminar con perejil fresco picado.
Consejos:
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Escurrir bien la espinaca es clave para que la masa no quede aguada.
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Usar papas harinosas (no nuevas) para lograr una textura más esponjosa.
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Podés sumar ricota a la mezcla para darle más suavidad.
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Si no querés usar crema, reemplazala por yogur natural o un chorrito extra de aceite de oliva.
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Probá dorar los ñoquis ya hervidos unos minutos en sartén antes de agregar la salsa: quedan crocantes por fuera y suaves por dentro.
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El limón debe estar bien fresco, ya que su aroma es protagonista de la salsa.
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Guardá los ñoquis crudos enharinados en bandeja y podés congelarlos hasta por un mes.
Un plato lleno de frescura y tradición que combina lo mejor de lo casero con un toque cítrico irresistible.