La heladera es uno de los electrodomésticos más importantes del hogar, y mantenerla en buen estado puede ahorrarte reparaciones costosas y prolongar su vida útil.
Con algunos cuidados sencillos y hábitos prácticos, podés hacer que funcione de manera eficiente durante muchos años.
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Limpieza de la parte trasera
El polvo que se acumula en las rejillas y en el condensador obliga al motor a trabajar más de la cuenta.
Al menos dos veces al año conviene desenchufar la heladera y limpiar con un pincel o aspiradora la parte trasera para mejorar la ventilación y evitar sobrecalentamientos.
Revisar las gomas de la puerta
Si la puerta no cierra bien, el frío se pierde y el consumo de energía aumenta.
Revisá que las gomas estén en buen estado y hacé la prueba del papel: colocá una hoja entre la puerta y la heladera; si se desliza fácilmente, es momento de cambiar las gomas para sellar correctamente.
Regular la temperatura adecuada
Mantener la heladera demasiado fría no solo gasta más electricidad, también fuerza al motor innecesariamente.
La temperatura ideal suele ser entre 3 y 5 grados en el compartimento principal y -18 en el freezer.
Un termómetro interno puede ayudarte a controlar estos valores.
No sobrecargar los estantes
Llenar la heladera hasta el tope impide que el aire frío circule de manera uniforme.
Lo recomendable es dejar espacio entre los alimentos para que el motor no tenga que trabajar de más.
También es importante evitar meter comida caliente, ya que eleva la temperatura interna y exige más energía.
Descongelar cuando sea necesario
En modelos sin sistema “no frost”, el hielo acumulado reduce la eficiencia y obliga al motor a funcionar más tiempo.
Descongelar de forma periódica evita este problema y permite que la heladera conserve mejor los alimentos.
Tips y consejos:
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No la ubiques cerca del horno o en lugares donde reciba sol directo, ya que esto eleva el consumo y acorta su vida útil.
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Revisá el estado del enchufe y el cableado, un mal contacto puede dañar el motor.
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Usá protectores de tensión para evitar que los picos eléctricos arruinen los componentes internos.
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Si escuchás ruidos extraños o notás que enfría menos, consultá a un técnico antes de que el problema se agrave.
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Aprovechá para limpiar el interior con bicarbonato y agua tibia: además de higienizar, ayuda a eliminar olores sin dañar las superficies.
Con estos simples cuidados vas a lograr que tu heladera funcione mejor, consuma menos energía y te acompañe durante muchos más años sin problemas.